Árboles que devuelven la memoria a la tierra y a quienes la disfrutan

Escolares y miembros de la Asociación de Alzheimer de Aldea del Puente disfrutaron de una convivencia en la gravera para conmemorar el Día de la Biodiversidad

T. Giganto
05/04/2017
 Actualizado a 10/09/2019
La subdelegada de Gobierno junto a los escolares participantes. | T.G.
La subdelegada de Gobierno junto a los escolares participantes. | T.G.
Dicen que no se puede uno morir sin plantar un árbol, sin escribir un libro y sin tener un hijo. Tres requisitos que han pasado de boca en boca y de vida en vida sin llevarse siempre a cabo. Alguno sí los ha cumplido todos, otros ninguno y alguno está más cerca de lograrlo. Al menos quienes ayer disfrutaron de una mañana de convivencia en la Gravera de Valdearcos, en la localidad del mismo nombre. Fueron los usuarios de la Asociación de Alzheimer de la Aldea del Puente y los escolares de El Burgo Ranero quienes disfrutaron de un día diferente con una lección a cielo descubierto conociendo de primera mano cómo se trabaja en una gravera y con el objetivo de conmemorar así el Día de los Árboles, los Áridos y la Biodiversidad.

Los más mayores disfrutaron de los más pequeños y recordaron aquellos tiempos de juventud en los que era común plantar algún que otro frutal en las fincas que trabajaban. Ayer volvieron a ponerse manos a la obra plantando varios pinos en la planta de áridos de Valdearcos. Alguno demostró su buena valía para el trabajo y su predisposición para arremangarse haciendo muestra de un buen estado de salud a pesar de los años. Hay habilidades que nunca se olvidan y para esas manos la tierra no era nueva. A ella pretenden precisamente devolver parte de lo que ofrece cada día con esta actividad organizada por la Asociación de Fabricantes de Áridos de León (AFA León).

«Esta campaña pone al alcance del público la oportunidad de explorar el mundo de los minerales y descubrir más sobre esta industria que afecta a muchos aspectos de la vida, poniendo especial interés en favorecer el acercamiento de este sector a la sociedad e inculcar a los niños la importancia de cuidar y respetar el medio ambiente», explican desde la Asociación que lleva diez años con esta actividad anual.

Mayores y pequeños pasaron la mañana en la gravera conociendo cuál es el proceso productivo, plantando árboles y recibiendo además los premios del VIII Concurso Nacional de Dibujo del Día de los Árboles, los Áridos y la Biodiversidad. El acto contó también con la presencia de Teresa Mata, la Subdelegada del Gobierno en León. Ella contribuyó con sus propias manos a echar tierra para que en un futuro los árboles plantados medren e insistió en que ayer se juntó «lo mejor que tenemos que son nuestros niños y nuestros mayores». «Se les enseña lo que es una gravera y cómo ser respetuoso con el medio ambiente», explicó antes de echarle mano a la tierra en la jornada de puertas abiertas llevada a cabo.

Más de 12 kilos de áridos al día 

Son curiosos los datos que se desprenden a raíz de la celebración del Día de los Áridos, los Árboles y la Biodiversidad. Un ejemplo de ello es que sin saberlo, cada persona consume al día más de 12 kilos de áridos, lo que supone 4.600 kilos de este material al año según informa AFA León. Esto hace que sea el segundo producto más consumido por el hombre después del agua. En la construcción o para fabricar vidrio, la explotación de áridos acumula «más de 80.000 trabajadores en España de manera directa e indirecta». Además éstos se consideran un recurso localpuesto que la mayor parte de ellos se consumne a una distancia de menos de 50 kilómetros de las explotaciones. Esto en cierta medida se debe a que el coste de transportar los áridos hace que, a más de 40 kilómetros, cueste más el transporte que el material y por eso las canteras y graveras deben estar cerca de los centros de consumo.

Pequeños y mayores fijaban ayer su vista en los grandes montones de graba apilada en la planta de áridos de Valdearcos y contemplaban boquiabiertos las grandes máquinas que mueven y remueven grandes cantidades de tierra. Con ello ayer se dieron cuenta de que la tierra ofrece mucho, pero que a cambio hay que cuidarla. Y es que tanto ofrece que ayer devolvió hasta recuerdos a quienes también necesitan de muchos cuidados para seguir adelante: los más pequeños y los más mayores.
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