De superar este examen, la fábrica contaría ya con capacidad suficiente para producir las 60 toneladas anuales de productos estériles que se había fijado la dirección. Con la nueva autorización de la AEMPS, la actividad de la fábrica se vería ampliamente reforzada un año después de que el juez autorizara la compra por el fondo de inversión Black Toro Capital.
El plan de empleo inicial se está cumpliendo y en los próximos meses se podrían incorporar parte de los que quedaron fuera del ERECabe recordar que la compañía ya inició la producción de los primeros lotes de validación de productos semi-sintéticos (amoxicilinas y ampicilinas), con el objetivo de comercializadas en el último trimestre del año. Se adelantarían así en un trimestre el plazo para la comercialización que había establecido a su llegada el nuevo presidente de la compañía, Rafael Beaus.
El plan inicial establecía la puesta en marcha de la fábrica en un momento en el que se esperaba que el mercado de materias primas que se producen en León –no son medicamentos acabados–, sobre todo API (Active Pharmaceutical Ingredients/principios activos farmacéuticos), empezara a crecer. Llegar a pleno rendimiento con cinco turnos al momento de mayor demanda por parte de la industria era el objetivo inicial, que la coyuntura económica y legal parece haber acelerado.
De hecho, ya en verano los nuevos accionistas admitían que la ampliación de la capacidad de producción de productos estériles y la fabricación de productos semi-sintéticos, estaban cumpliendo con el calendario previsto por la compañía y suponían un ‘balón de oxígeno’ para un sector que está sufriendo una escasez de oferta provocada por la mayor presión regulatoria y medioambiental sobre los principales proveedores internacionales, principalmente empresas chinas.
Fin del ERE
Con estos avances industriales y de mercado, cada vez parece más cercana la consecución del objetivo de ingresos fijado seis millones de euros a lo largo del presente año, y de empleo.
En este primer año de la nueva era, Antibióticos ha cumplido el plan trazado por los nuevos propietarios en lo que se refiere al empleo y al negocio.
Actualmente, tras superar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implicó a la totalidad de los empleados, la planta cuenta con 190 trabajadores y ya se han producido los primeros contactos entre los representantes de la plantilla y la dirección para tratar de redactar un convenio de empresa, que restituya a los empleados parte de los derechos perdidos en esta nueva etapa. Cabe recordar, que los sueldos se vieron recortados hasta en un 25% en el inicio de la nueva era de la química.
No obstante, según el plan presentado por Black Toro Capital para hacerse con el control de las emblemáticas instalaciones en un plazo de 36 meses deberían incorporarse otros 80 trabajadores que quedaron fuera del ERE.
No obstante, a pesar de que aún queda camino para recorrer para llegar a los niveles de empleo y de negocio de otras épocas, el desembarco de BTC ha aliviado la decadencia de una de las joyas industriales de la provincia y de la comunidad autónoma en un sector en el que todavía se pueden encontrar oportunidades empresariales.