Santibáñez de Valdeiglesias celebró este sábado 7 de diciembre, con el cariño de la familia y el acompañamiento de muchos vecinos y amigos, un acto lleno de sentimiento y emoción. Ángel Matilla Castro, don Ángel por estos lares, celebraba sus 90 años de vida y a la vez sus 65 de sacerdocio con una misa en la iglesia, un posterior ágape para todos los asistentes y una comida con toda la familia, tanto de los Matilla como de los Castro.
El ejercicio de su sacerdocio le ha llevado por lugares tan dispares como el Bierzo, en Paradaseca y Médulas, la Maragatería, en Santa Colomba de Somoza, y Villarejo de Órbigo, finalmente. En este último al lado de su Santibáñez de Valdeiglesias ha venido ejerciendo los últimos años, atendiendo a todos los pueblos de alrededor y sobrellevando sus 90 años con una entereza y lucidez asombrosa. En una charla informal me comentaba que mientras la mente esté lúcida y no diga ninguna herejía, el obispo le permite decir misa y atender espiritualmente a sus parroquianos.
Durante su vida sacerdotal ha ido bautizando a los que llegaban, uniendo matrimonios que iniciaban su vida juntos y despidiendo a los que nos iban dejando, siempre con su callada humildad y ese tono de ánimo y entereza que le caracteriza. Tutelando la vida de sus parroquianos y de toda la familia, poniendo su hombro de consuelo para animar o consolar.
En esa celebración se apostó por la siguiente que debería ser dentro de cinco años con 95 de edad y 70 de sacerdocio. Toda su familia se lo deseamos y esperaremos poder celebrarlo con la misma ilusión que lo hemos hecho en esta fecha.