Agricultura "discrimina" a los regantes de la provincia en la exención del canon de la CHD

Los principales beneficiarios en la comunidad son los agricultores del Carrión, a donde se trasvasa el 20% del agua que embalsa Riaño

D.L. Mirantes / T. Giganto
10/06/2017
 Actualizado a 15/09/2019
Estado que presentaba el pasado martes el embalse de Riaño (53%) un 3% sobre el umbral fijado por el Mapama para la exoneración del canon de CHD. | MAURICIO PEÑA
Estado que presentaba el pasado martes el embalse de Riaño (53%) un 3% sobre el umbral fijado por el Mapama para la exoneración del canon de CHD. | MAURICIO PEÑA
Los regantes de la provincia no tendrán la oportunidad de beneficiarse de la exención del pago de la tarifa de utilización del agua y del canon fijada en el real decreto-ley aprobado este viernes en el Consejo de Ministros dentro de las medidas destinadas a paliar las pérdidas causadas por la sequía.

El ministerio que dirige Isabel García Tejerina ha fijado en el 50% de ocupación el nivel máximo para poder acceder a esta exoneración, lo que deja fuera a todos los regantes leoneses, ya que todos los embalses de la provincia se encuentran por encima de dicho umbral. Riaño se encuentra al 53%, el Porma al 55,9%, los Barrios de Luna al 56,82%y Bárcena al 73%. Es decir, en el caso de Riaño, que abastece Payuelos,se combina con el Porma para la margen izquierda del Porma y riega el Páramo Bajo, el margen por el que se queda fuera de una ayuda que podría suponer entre 50 y 60 euros por hectárea para los agricultores es de 3 puntos porcentuales. La indignación es latente entre los productores afectados que denuncian la «discriminación» del Mapama en comparación con otros territorios de la comunidad. El presidente de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, Matías Llorente, critica que «el corte» se fije en niveles tan bajos, cuando para garantizar la campaña de riego sería necesario, al menos, un 70% de ocupación.

Por pérdidas


El decreto también recoge como beneficiarios a los titulares de explotaciones «que hayan sufrido pérdidas de producción bruta en los cultivos de, al menos, un 20 por 100 de la producción en normal en zonas desfavorecidas y de un 30 por 100 en las demás zonas». No obstante, Llorente critica que no se haya definido el procedimiento para determinar las pérdidas, lo que, a su juicio, complica la determinación de los beneficiarios en sistemas como el Esla-Valderaduey, que engloba 80.000 hectáreas.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en las comunidades de regantes, sobre todo teniendo en cuenta el anuncio que realizó la ministra Tejerina el pasado lunes durante un acto en Valladolid. En este contexto, desde Asaja de León prefieren esperar a ver cómo se aplican las medidas, pero recelan de los planteamientos actuales.

Todo apunta a que la exoneración no solo no llegará a León, sino que además los principales beneficiarios de la medida en la comunidad, según apunta Llorente, serán los regantes del sistema del Carrión (Palencia), al que se destinan 70 hectómetros cúbicos del agua de Riaño, lo que supone un  20% del agua con la que cuenta actualmente (352 hectómetros cúbicos).

El ministerio mantiene que con las medidas que se van a aprobar el ahorro en la Cuenca del Duero llegaría a los ocho millones, una cifra que, a la vista de los umbrales fijados, parece no encajar en los cálculos que realizan las comunidades de regantes, en las que el nerviosismo es patente, a la espera de la aplicación de estas medidas.

Situación crítica


La situación es crítica en el campo leonés y se podría complicar severamente a partir de finales del presente mes cuando se dejen de regar los cereales, pero comiencen los riegos sistemáticos de maíz, patatas o remolacha, principalmente. Hasta la fecha, la situación se ha podido ir salvando gracias al descenso en las siembras de maíz en favor de alubias y girasol, que requieren menos agua, y del aumento de la superficie de barbecho y de la rotación de cultivos. Pese a ello, los riegos realizados en marzo para la nascencia de buena parte de los cultivos han contrarrestado en parte estas medidas. En líneas generales la situación es menos grave en los sistemas modernizados, pero en la provincia quedan 65.000 hectáreas de riego por inundación donde el riego no está garantizado.
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