¿Agendas escolares demasiado llenas?

Profesores y padres leoneses debaten sobre la necesidad de los deberes, mientras siguen sin aplicarse las recomendaciones fijadas desde la Consejería de Educación

Víctor S. Vélez
29/10/2018
 Actualizado a 19/09/2019
El debate versa sobre la idoneidad de que los escolares tengan que hacer tareas en casa después de salir del colegio. | MAURICIO PEÑA
El debate versa sobre la idoneidad de que los escolares tengan que hacer tareas en casa después de salir del colegio. | MAURICIO PEÑA
¿Son los deberes la asignatura más difícil a la que tienen que enfrentarse los niños y adolescentes en su rutina académica? En los últimos años ha aumentado el debate en torno a esta pregunta debido a que agrupaciones de padres y madres de toda España se han quejado del tiempo que las tareas escolares les restan para estar con sus hijos y han puesto en tela de juicio la necesidad de los deberes para lograr un verdadero aprendizaje del alumno.

Este medio se ha puesto en contacto con los dos frentes que protagonizan este ‘fuego cruzado’: profesores y Ampas. A mitad de camino, se encuentran los propios alumnos y la Consejería de Educación. Una consejería que no acaba de concretar una postura determinada para un problema que amenaza con convertirse en ‘cuestión de Estado’ en las aulas y fuera de ellas. En la presentación del curso 2018/2019, el consejero Fernando Rey pareció tomar partido por el bando de los padres y madres reclamando a los centros que se coordinen mejor a la hora de encomendar tareas y solicitando que «actúen con cabeza».

Durante el pasado curso, el Consejo Escolar de Castilla y León indicó una serie de orientaciones sin ser de cumplimiento obligado por parte de los centros. En ellas, sugería tanto limitar la carga de tareas en las agendas escolares y avanzar en su opcionalidad por parte del alumno. En una ‘guía de buenas prácticas’, Educación recomienda proponer tareas «creativas y motivadoras» que sean diferentes a las realizadas en el aula y de carácter voluntario.

Para comprobar el seguimiento de las recomendaciones autonómicas se encargó un informe de seguimiento a la Dirección General de Política Educativa. Según reconoce el propio consejero «solo un tercio de los colegios han seguido las sugerencias». Por ello, en el inicio de este curso, Fernando Rey anunció que su departamento se plantea «ir un poco más allá» y comenzar a proponer «algunas instrucciones obligatorias».

Ante esto, comienza a gestarse el debate entre la postura de los profesores, defensores de su autoridad académica y libertad de cátedra, y la que comparten muchos padres, es decir, la eliminación de los deberes por su baja repercusión en el proceso de aprendizaje. Encontrar un punto de entendimiento es posible pero todavía se antoja lejano, por lo que la mediación de Educación puede acabar por resultar determinante.

La educación, en el aula


El enfrentamiento de ambas posturas arrancó hace algún tiempo cuando la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), la cual agrupa a más de 11.000 asociaciones, emprendió la campaña ‘Stop Deberes’ para su eliminación. Según un estudio de la propia confederación, el 48,5 por ciento de los progenitores considera que los deberes de sus hijos afectan de forma negativa a las relaciones familiares. Los postulados de Ceapa fueron asumidos en gran medida por muchas agrupaciones de padres, entre las que se encuentra la Federación Leonesa de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado (Felampa). En su junta directiva de este mes de octubre se analizó el tema de los deberes y se consolidó como dogma que «los estudios deben ser en la escuela».

El presidente de Felampa, Arsenio Martínez, considera que se trata de una cuestión de igualdad. «Hay familias que no tienen capacidad para costearse unas clases particulares, unas pueden conseguir el apoyo que su hijo o hija necesita y otras no. Por ello, el objetivo de la educación se tiene que conseguir en el colegio», señala.

Los padres leoneses creen que la Consejería debería insistir más a los centros educativos para que apliquen el documento que elaboraron. No obstante, desde las Ampas se opina que existen otros problemas de fondo como los temarios sobrecargados de las asignaturas. «Los profesores tienen que tirar para adelante para completar el programa antes de junio y esto provoca que los niños que tengan menos capacidades se queden atrás», explica Arsenio Martínez.

Desde Felampa también ponen en duda el supuesto tercio de colegios e institutos que aplican la normativa de libre adopción de la Junta. Consideran que «no tienen constancia de que se haya reducido» el número de tareas escolares e, incluso, apuntan a que en algunos centros se han aumentado. «En la junta directiva de este mes con las Ampas concluimos que todos los profesores siguen trabajando con su misma metodología», comenta el presidente.


Muchos padres y madres consideran que en el caso de los profesores veteranos «es muy difícil» cambiar sus métodos de enseñanza, en los cuales los deberes suelen tener una elevada presencia. Muchas Ampas muestran su confianza en el profesorado joven y en su «nuevo modelo educativo». «Los jóvenes que acaban de terminar sus carreras de Magisterio tienen otros métodos, más ilusionantes tanto para los niños y niñas como para las familias. Integran a todos en el aprendizaje y todos aprenden», aportan desde Felampa.

Los profesores deciden


La postura del profesorado es reflejada con claridad, por ejemplo, por la asociación Aspes-CL. Para ellos, el profesor es el responsable activo de la educación de los estudiantes y es quien debe fijar las tareas que son necesarias para reforzar la adquisición de los conocimientos.

Desde esta asociación de profesores se reconoce que existe un importante número de padres y madres que se quejan sobre el número de deberes, pero consideran «que es difícil generalizar». «Los padres pueden opinar, pero los profesionales son los profesores. Igualmente, no tendría sentido discutir con un médico sobre si el paciente en vez de un medicamento necesita otro», apuntan desde Aspes-CL y el sindicato independiente Anpe.

Las asociaciones de profesores reconocen, como apuntan desde el informe del departamento autonómico de educación, que sería necesaria una mayor coordinación entre el equipo docente de un determinado centro. «Hay días que existe una sobrecarga, otros que los alumnos no tienen nada que hacer. Existen profesores que en sus asignaturas mandan muchas tareas, otros poco o nada. Es un trabajo de cada centro», señalan desde Aspes-CL.

Para los profesores debe quedar claro que «los maestros no mandan tareas por fastidiar o por mandar». «Creemos que debe seguir siendo el docente quien fije lo que es necesario y lo que no», comenta el delegado de Aspes-CL en León, Ricardo de Dios.

En la misma línea se expresan en Anpe, quienes consideran que la campaña emprendida por Ceapa «es más un debate en torno a la conciliación familiar y laboral» y que las tareas para casa «se ponen exclusivamente para mejorar el rendimiento académico». «Los niños y niñas tienen que descansar y que jugar, pero también deben tener disciplinas. Los deberes ayudan a planificar el trabajo o a crear un hábito de organización», manifiesta su presidenta en León, Manuela Díez.

Los círculos docentes acuden a la autonomía pedagógica y a la libertad de cátedra de su gremio para hacer frente a la problemática en torno a los deberes escolares. Manuela Díez cree que, aunque cada centro tiene su autonomía, en León no se han visto mermadas la cantidad de tareas y que «como mucho el debate ha podido ayudar a que algunos profesores hagan encargos más motivadores». «La coyuntura escolar no ha cambiado, el profesorado sigue en los mismos términos», apunta la representante docente.

En relación a la cruzada contra los deberes de algunos padres y madres, asociados o no, desde el sindicato Anpe creen que en la provincia «no ha habido grandes problemas». «Las Ampas no pueden meterse en las decisiones académicas de los profesores», expresa Díez.

La versión oficial de Anpe es que las reivindicaciones de las Ampas incitan a «la insumisión y al boicot», al tiempo que «atentan contra la actividad del profesorado y su autoridad académica». No obstante, en los comunicados lanzados por el sindicato docente sobre el conflicto se apuntan a «estar abiertos al diálogo» puesto que las tareas para casa deben encomendarse con «proporcionalidad y racionalidad». «Tal vez lo que se reclama es una verdadera política de conciliación de la vida familiar y laboral cuya problemática es ajena a la escuela», reflexionan representantes del profesorado leonés.

Los argumentos de unos y otros están servidos y ahora le llega al turno a Educación para decidir si acaban sobre el pupitre o sobre la mesa de estudio de una habitación. En un país acostumbrado a continuas reformas de la legislación en materia educativa, lo que sí parece seguro es que el debate en torno a los deberes continuará sobre la palestra durante bastante tiempo.
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