Para realizar todo el catálogo de actividades que ponen en marcha cuentan con profesionales cualificados que trabajan con los jóvenes y sus allegados, cuando la situación lo aconseja. Pero la gran aportación en todo el proceso llega de esa bendita y rara especie dentro de la condición humana que gasta buena parte de su tiempo libre en ayudar a los demás sin esperar palmaditas en la espalda ni reconocimientos públicos y encima se sienten profundamente satisfechos: Los voluntarios. Como otrasorganizaciones que trabajan por y para los demás también la pandemia les ha obligado a reinventarse. "Como todos, hemos tenido que buscar alternativas on line, vídeo llamadas, etcétera, pero siempre que hemos podido hemos retomado la presencialidad, siempre guardando todas las medidas de seguridad previstas", señala Javier Barrios, coordinador del Centro Juvenil Don Bosco.
– Tienen una relación muy estrecha con el Colegio Don Bosco, pero son absolutamente independientes.
– Desde que nos establecimos como Centro Juvenil como Entidad prestadora de Servicios Sociales en 1980, cada cual sigue su camino, pero es evidente que tenemos una profunda raíz que nos une, la filosofía que define a la Orden del Bosco. Además parte de nuestras actividades siempre han estado orientadas a involucrar a los vecinos para que, con su participación conozcan, sin necesidad de explicaciones, qué hacemoscómo lo hacemos.– Entremos en materia. Hay tres bloques,que marcan los objetivos de trabajo. El primero combina ocio y tiempo libre como fórmula para que aprendan valores.
– En este primer bloque trabajamos con menores muy jóvenes, de cuatro o cinco años, y con adolescentes hasta los dieciocho años. Juegos, excursiones, talleres dinámicos de trabajo, pero todos orientados hacia los valores universales para reconocernos y reconocer a nuestros semejantes. Es el principio fundamental de los salesianos, queremos que estos jóvenes contribuyan con sus valores a una sociedad mejor, en la que tiene cabida todo el mundo. A todo lo que hacemos aplicamos la máxima de Don Bosco: "Educación desde el corazón". En un año normal contamos con no menos de cincuenta voluntarios, algunos repiten, otros se apuntan por primera vez, en este sentido sólo paramos dos semanas al año, en septiembre.
– El segundo pilar también mira con especial atención a los niños y jóvenes, pero en este caso con dificultades en el proceso educativo, lo que imagino involucra a las familias y demanda un seguimiento.
– Trabajamos mucho en el refuerzo y en el apoyo escolar y aquí es básico el trabajo de la familia que se involucra sin titubeos porque en muchas de las ocasiones se encargan del seguimiento. Y en este sentido también solemos trabajar con monográficos para que este apoyo surta efectos. Pero no es la única área y por eso también le damos mucha importancia a la prevención de drogodependencia. En este apartado trabajamos con unos 70 jóvenes y sus familias y también incluimos, en ocasiones, un capítulo de orientación hacia el mercado laboral para ajustar las posibilidades a las capacidades de los aspirantes.
– La tercera raíz ya mira de forma directa a los vecinos, a Armunia.
– Buscamos sobre todo una dinamización de la comunidad y para que nos conozcan sin intermediarios y vean qué hacemos organizamos talleres extraescolares, normalmente semanales, de todo tipo y para todas las edades, desde pilates a dibujo pintura; también organizamos excursiones y debates sobre educación medioambiental. Queremos formar parte del barrio. Y a veces involucramos a unos 150 vecinos que cuentan con la ayuda de unas 20 personas. La mayoría, como en otras ocasiones, son voluntarios que repiten o que se apuntan por primera vez. Pero no podemos olvidar que algunos de estos voluntarios trabajan en varias actividades.
– ¿Qué hay que hacer para colaborar?
– Partimos de una base. La ayuda a los demás y de manera desinteresada es clave, porque no podemos ayudarles económicamente. El proceso es muy sencillo. Una primera entrevista para conocer sus inquietudes y para que conozcan a los menores. Todos los meses trabajamos sobre diversas temáticas para fomentar el trabajo en equipo, guiados por el programa del Voluntariado Joven de la Federación de Centros Juveniles Don Bosco de Castilla y León. Si no recuerdo mal contamos con algunos voluntarios que llevan con nosotros 15 o 16 años.
– No sólo forman parte de la Plataforma del Voluntariado de León, han sido fundadores.
– Fuimos fundadores y formamos parte de la primera Junta directiva. Claro que ayuda a dinamizar el trabajo en equipo y en red, que como hemos podido comprobar ha sido útil desde que la pandemia forma parte de nuestra vida. También nos ha facilitado poner en marcha talleres intergeneracionales o charlas sobre la situación de la mujer en el pueblo gitano, por poner algunos ejemplos.
– Y ahora con la Plataforma de Castilla y León aquí ¿creen que les dará mayor visibilidad?
– Un vez que se cierren todos los flecos creemos que será positivo para todos.
– Hablemos de recursos.
– Contamos con recursos púbicos y privados, a veces con pequeñas aportaciones de usuarios. También ayudan económicamente algunos ayuntamientos y la Junta de Castilla y León. Todos los recursos son necesarios.
- Cerramos. El contacto directo que mantienen con los jóvenes ¿les permite percibir cómo sienten después de un 2020 tan complicado?
– Hoy día no programamos a largo plazo a expensa de cómo discurran los acontecimientos, lo hacemos mes a mes. Ha sido un momento duro para todos y en especial para los jóvenes. Necesitan el contacto físico, como los niños necesitan jugar y este cambio en las relaciones humanas que vivimos les descoloca. Cuando hablamos en charlas u otras foros de cómo se sienten sin duda la palabramás repetida es frustración. No ven el horizonte claro. Pero son fuertes, hay que ayudarles a que no pierdan confianza en lo que son capaces de hacer.