Cuando dio el primer ataque internacionalista y universalista, aquel por el que lo moderno era llamar al balonvolea voleibol, al linier juez de linea o árbitro asistente, al árbitro referee, al fao fuera de banda, al córner saque de esquina, al base playmaker, al que choca y corre box tu box... no faltó el socarrón que también vio la posibilidad de que dejaran de increparle, la parienta o viceversa, con frases del modelo "vago, que te pasas el día tumbado en el sofá haciendo levantamiento de mando". Y se repetía en las calles la conversación. – ¿Haces deporte? – Mucho. Varias horas al día. – ¿Y qué practicas? – Sillonbol.
Es una variante culta de los viejos motes. Tuve, tengo, el privilegio de tener muy cerca a un paisano, minero para más señas, al que la sabiduría popular en su versión más cabrona bautizó como El Tumbao, algo que tampoco le causó mayor problema pues tenía para el apodo una explicación muy certera. –¿Porqué te llaman El Tumbao? – Porque me fierve la sangre.
Hay otra variante también descansada de hacer deporte por la que puedes incluso llegar a ser campeón de España, de piragüismo por ejemplo. Lo fue el irrepetible Carlos del Riego, hermano del olímpico Guillermo, medalla de plata en Moscú. – ¿Cómo se puede ganar un campeonato sin romper a sudar? – Siendo hermano de Guillermo y haciendo pareja con él en K2. Él rema y tú le animas con todas tus fuerzas: "¡¡¡Vamos Guiller!!!, ¡¡¡Vamos Guiller!!!"
Lo que siempre se llamó trabajar a medias.