En los pueblos pequeños una ley no publicada, dictada por un juez que no tienen ni quieren, ha declarado abolido el ringo-rango, la apariencia, la impostura, el postureo y decir sin ton ni son palabras que ni conocen ni esperan conocer nunca jamás.
Esta ley no existente ha despenalizado el salir al panadero en bata guateada y ya no hay que purgar la pena del cuchicheo por hacerlo;también ha dejado de ser delito castigado con hablar a sus espaldas andar toda la semana de la boda de un pariente con los rulos puestos para ir el sábado a la peluquería y estar el domingo que repugna de guapa;esta ley ya permite aprovechar el sol, salga por donde salga, incluso por Antequera, para secar la ropa sin necesidad de tener un tendal en toda regla. Y no está mal visto, quizá, que los setos que pronto serán flores sean por unos días soporte de vaqueros para ir al instituto, monos para ir a la mina, pañuelos para luchar contra la retestera en la cabeza y lo que sea menester.
Y los perros callejeros, tan acostumbrados a llevarse entre sus dientes todo lo que se les cruza en su camino, saben que eso no se toca, que eso no se lleva, que con eso no se juega...
Porque hay pocos que sepan más de leyes no escritas que los perros callejeros y libres, porque se juegan su tranquilidad.
Y respetan la ley que ha declarado abolido el ringo-rango.
Queda abolido el ringo-rango
26/03/2015
Actualizado a
02/09/2019

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