Políticos y periodistas –en el fondo los que están detrás de esta imagen de los inicios de una rueda de prensa– comparten la misma tragedia, de los dos se realiza la misma afirmación: «Lo que dicen no interesa, y lo que interesa no lo dicen».
Se podría sustituir dicen por piensan. No hay nada más cruel para un periodista que acaba de grabar en una rueda de prensa una larga serie de tópicos, frases bienqueda, mentiras envueltas en celofán y manifestaciones de cariño que no se cree ni el paragüero... no hay nada más terrible, decía, que el político te pase la mano sobre los hombros y te susurre: «¿Sabes lo que realmente pienso?». Y te cuenta todo lo que se cayó unos minutos antes con la solemne promesa de que jamás lo contarás. «Para que lo sepas tú».
Pero la farsa había seguido cuando a su pregunta el periodista le dijo que no sabía lo que realmente piensa. Mintió por si saltaba la liebre, pero conoce de sus odios, de sus fobias, de sus tragedias, de sus silencios...
Os aseguro que los corrillos esperando la rueda de prensa, que las conversaciones en las redacciones de los periódicos, que los secretos confesados al calor de un cuba libre... son entretenidos, sorprendentes, enjundiosos, a veces rocambolescos, con espionaje y preservativos.
Pero esta parte no se puede contar. Ya lo siento.
Lo que piensan dicen e interesa
21/04/2016
Actualizado a
31/08/2019

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