Cantar de la tierra mía, / que echa flores / al Jesús de la agonía, / y es la fe de mis mayores». Lo decía el gran Machado en su Saeta. La fe de sus mayores.
Lo mismo podían decir los personajes de la foto, que esperaban el momento de ser bendecidos por los dones que en su festividad reparte San Antón, el único día que el gocho es hermano del perro, el perro del gato, el gato del ratón... depende de la fe de sus mayores, de sus dueños, de quienes deciden llevarlos a «recibir las aguas», y no las termales, las benditas.
Puede parecer una excentricidad la presencia del gochín, Peggy es su nombre, pero nunca lo tomarías así si pones en la balanza la fe de sus mayores. En este caso de su dueño, Pablovski. Pocos como este chaval aman a todos los animales, sean gochos o burros, pocos los llevan ante el agua con la esperanza que lluevan las bendiciones sobre los animales que va acogiendo en su casa, en su «santuario» dice él, en la mayoría de los casos abandonados, enfermos, débiles o atropellados. Deberías verlo cómo los acaricia, cómo les limpia las legañas para que estén presentables, cómo los miras y cómo sonríe cuando los ve caminar por su corral, mientras te cuenta la historia de cada uno de ellos, que todos la tienen y casi siempre es una vida dura hasta que llega el momento feliz en el que él se cruza en su camino.
Lo más leído