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Sostenibilidad urbana insostenible

24/08/2023
 Actualizado a 24/08/2023
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La aplicación de medidas de peatonalización, calmado de tráfico y disposición de vías para vehículos no contaminantes en las ciudades emana de normativas europeas. Esto supone que hay unos criterios mínimos de sostenibilidad ambiental urbana que son de obligado despliegue. Entrar en debate sobre su no aplicación denota desconocimiento, cuando no mentira, lo que dice mucho de las formaciones que lo plantean.

Sin embargo, al igual que la vigorexia lleva a un extremo la preparación muscular, la fobia es el ansia enfermiza por eliminar algo poco importante o la hipertrofia describe el desarrollo excesivo de un órgano o parte del cuerpo, podríamos considerar una nueva enfermedad –o síndrome, quizás– de la administración: el trastorno obsesivo compulsivo de supuesta sostenibilidad.

Es indudable que muchas de las medidas propuestas por el parlamento europeo para mejorar la calidad de las ciudades son positivas. Sin embargo, predomina una óptica centroeuropea, que no siempre es trasladable al sur de Europa en general y a España en particular. Se ha acomodado un espíritu poco crítico con todo lo que viene de las instituciones europeas, por más que algunas normas no se adecúen a nuestras características. Si, además, se llevan a un extremo, caeremos en crear nuevos problemas.

En León ciudad tenemos varios ejemplos. Uno de ellos son los carriles bici. Se continúan desplegando sin contrastar su uso. En León se usa poco la bici y se centra en ciertos trayectos. El tiempo demostró que por mucho carril que se ponga, el uso de la bici es limitado. Definitivamente no somos holandeses, ni esta tierra tiene las condiciones de Holanda. Lo normal sería examinar el uso de la red de carril bici y no hacer un kilómetro más que no esté justificado por la demanda. De lo contrario, se tira el dinero y malgasta el espacio urbano.

Otro ejemplo es la limitación por debajo de 30 kms/hora a la circulación de vehículos en ciertas avenidas. La mayoría de los coches no está preparada para circular en segunda marcha por debajo de esa velocidad. O se conduce en primera, que es muy contaminante, o se incumple la norma. Es una limitación incoherente.

Por otra parte, el calmado del tráfico mediante la reducción de carriles y ampliado de aceras, en zonas sin aparcamiento suficiente, concluye en la marginalización comercial de la calle. Si ni los clientes puede, aparcar y tampoco los proveedores acceden fácilmente, los negocios cerrarán y solo quedarán los bares. El casco antiguo de León lo evidencia. Salvo en calles principales, apenas queda comercio, pues necesita aglomeraciones para ser viable. Sin accesibilidad rodada llega el declive.

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