javier-callado-2.jpg

Renovado San Isidoro

02/05/2024
 Actualizado a 02/05/2024
Guardar

El nuevo itinerario del Museo de San Isidoro mejora sustancialmente la calidad del recinto. Las obras han permitido abrir nuevas salas y aumentar el número de vitrinas, donde se exponen piezas que, por sí misma cada una, podría ser el centro en torno al que girase otro museo. Sin embargo, en San Isidoro se suceden una tras otra, sin que eso quede claro para el visitante. Este es uno de los detalles a tener en cuenta para mejorar. La visita sin guías no explica la importancia de lo expuesto. Hay ausencia de relato histórico en el recorrido, cuando la historia es, en conclusión, un relato a partir de datos. 

El edificio es extraordinario, pero apenas se explica en le recorrido, más allá del panteón o de detalles en la librería o en la cámara de la reina. Existe un injustificado pudor a referirse a las cosas por su nombre: San Isidoro fue el palacio de los reyes de león durante casi un cuarto de milenio. Es el lugar al que se referían las monedas que acuñó Alfonso VI donde se lee ‘Rex Leo’ o ‘Leo Civitas’. Es la residencia permanente donde vivían las reinas, ya que los reyes se ausentaban con frecuencia. Es el sitio al que se refieren las firmas de diplomas regios, que anteponen ‘Regnante in Legione’, por ejemplo. San Isidoro es el único palacio real cristiano del siglo XI en pie, siquiera parcialmente, en España, pero un visitante del museo saldrá de allí sin saberlo.

Que no se explique que el tesoro cobra sentido porque es el tesoro regio y que las piezas más valiosas son llevadas allí durante esos 250 años es incomprensible. La gente debe saber que hubo al menos cuatro iglesias palatinas (porque eso es la iglesia actual, una iglesia palatina reformada), hechas sobre las anteriores o profundamente reformadas. No se me ocurre una razón por la que no se destaque más en la cartelería el conjunto del panteón y su estancia exactamente superpuesta, auténtico núcleo del palacio junto con su torre. Y esa torre, que poco tiene de defensiva y mucho de residencial… no hay una igual en toda la muralla, reformada como fue para ser parte del palacio y contener estancias de los reyes, junto con un privilegiado mirador en su parte superior.

El museo resulta extraordinario para personas con conocimiento de lo que ven, pero debería serlo también para quienes no se adentren en la indagación histórica. Decir que una tela es del siglo X, hecha en Damasco, no dice nada per se. 

Tratar las piezas y el edificio como conjunto, para que deje de ser un deambulatorio entre vitrinas es una oportunidad. San Isidoro es un lugar extraordinario, difícilmente comparable con otros lugares de Europa, y el visitante debe saberlo.

Lo más leído