Maximino Cañón 2

Lolo, te lo debía

24/10/2023
 Actualizado a 24/10/2023
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Era por el año 1983 cuando de una manera inesperada me vi encabezando una lista del recién creado CDS (Centro Democrático y Social) en nuestra provincia para el Ayuntamiento de León. Todo ello sin más medios que unos pocos carteles financiados por unos amigos del gremio de hostelería que, de la mano del Gregorio Pérez (no confundir con el desaparecido candidato socialista Gregorio Pérez de Lera) se brindó, junto con unos compañeros de la asociación, a poner cara y rellenar la lista. Esto no era nada fácil en un partido de nueva creación que sóolo contaba con el capital que el malogrado Adolfo Suárez podía aportar a la poca cartelería con la que contábamos. Entonces, aunque las expectativas eran decepcionantes, a pesar de las advertencias hechas por Adolfo Suárez respecto al casi nulo apoyo que, de la mayoría de los medios podíamos esperar, nos advirtió, conocí a Lolo. Fue  en la primera ‘Crónica’, en el Paseo de la Facultad, donde, como ilustrador y con una fina ironía, reflejaba los avatares políticos de su querido León día a día.

Sin que se me enfaden los demás medios he de reconocer que el citado periódico, también casi contemporáneo en el tiempo con el nacimiento del CDS, nos trató con generosidad a pesar de las pocas expectativas que podíamos ofrecer.

Esta fue en la primera etapa en que conocí a Lolo. En el futuro, y debido a su carácter amable y a mis muchas visitas que hacía a su medio, establecimos un vínculo de amistad que perduró, de manera creciente, hasta que el ‘malvado’ infarto nos lo arrebató. Dejó huérfanos de sus dibujos, tan enraizados en la ciudadanía leonesa, a todos los que le queríamos, que éramos muchos.

La noticia corrió como la pólvora, como se suele decir. Yo, pude ver como, muchos de sus compañeros de este medio, no podían evitar el soltar unas lágrimas de despedida sin dar crédito a que, en el futuro, su entrañable compañero, Jose Redondo, ‘LOLO’, no iba a compartir las páginas de su querida, en este caso ‘Nueva Crónica’, en su compañía.

Lolo, con su fina y socarrona ironía, reflejaba cada día los vaivenes que en este León acontecían. Aunque era conocido por su manera de vestir, y aunque siempre le vi de negro, de arriba abajo, y con unas gafas oscuras que hacían juego con su indumentaria habitual, tenía un corazón blanco.

Tuve ocasión de hacer en que colaborara haciendo talleres de dibujo para los pequeños en una sociedad en la ocupé la presidencia unos años, y pude comprobar las interminables colas, en que cada uno le pedía que le dibujara un animal y se lo dedicara en una simple hoja de papel. Todo ello sin una mala cara a pesar del tiempo que se pasó atendiendo las demandas infantiles. También saboreó la bilis de la política local como leonesista que era.

A lo que me quiero referir, cuando hoy se cumple un año de su fallecimiento, es a la amistad, que, con el tiempo pude cultivar y que digan lo que algunos puedan decir sobre aquello de que siempre se habla bien de alguien cuando se nos va, para mi, y para la mayoría de los que le conocieron, Lolo fue un amigo, un hombre que irradiaba bonhomía y, sobre todo, desinteresado. Como te digo en el titulo de esta dedicatoria: «Te lo debía», y, aunque tarde, mi recuerdo permanece perenne.

Hasta siempre, Amigo. 

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