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León y sus identidades

29/12/2022
 Actualizado a 29/12/2022
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La provincia configura la base territorial sobre la que se asienta el Estado, según la Constitución Española. Es distrito electoral nacional y, además, unidad competente para la iniciativa autonómica ante las Cortes Españolas. La identidad de las provincias es múltiple, lo que permitió iniciar procesos autonómicos con diferentes fundamentos.

En este sentido, la provincia leonesa tiene el derecho a una autonomía desde varias vertientes, como parte de la Región Leonesa, establecida en 1833. Ésta fue reconocida históricamente en varias ocasiones, como en la cuota de representación en el Tribunal de Garantías Constitucionales, en 1932. Item más, el Artículo 2 de la actual Constitución «garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran».

Sin embargo, las provincias disponen de más opciones, como se plasmó en el proceso autonómico de los 80. El artículo 143 reconoce el derecho a la autonomía de «provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes». En este caso, el binomio formado por León y Zamora, con un pasado histórico ástur cismontano dominante, que originó su poblamiento, la cultura de aldea concejil leonesa y economía diversificada, tiene acceso a la autonomía.

Además, el artículo 143 reconoce el acceso autonómico a provincias solas con «entidad regional histórica». Es el caso de León, que fue sede regia durante más de tres siglos. Abarcaba territorios hasta el Atlántico y el Cantábrico, hasta Álava, La Rioja y el Sistema Central, pero encontramos plena historicidad en una provincia cuto territorio tuvo residencias regias en León, Sahagún, Carracedo, etc.

En resumen, León accederá a la autonomía bajo alguna de las tres configuraciones posibles: la Región Leonesa histórica (similar a la Comunidad Valenciana o Aragón), la Región Leonesa cisastur (similar a Cantabria, que renunció a su castellanidad) o la Región Leonesa sede del Reino (similar a Navarra, que obvió a su raíz vascona, o a Asturias). De los ciudadanos de Zamora y de Salamanca depende que sus diputaciones, por impulso democrático, se adhieran a la conquista autonómica.

Nada puede imponer una configuración autonómica concreta para una autonomía leonesa. Son los ciudadanos de cada provincia quienes han de elegir entre la decadencia a la que les aboca Castilla o el progreso que proporcionará el autogobierno. Frente a la democracia no caben doctrinarismos. Los leoneses hemos de tomar el nuevo camino solos o en compañía de los que quieran caminar a nuestro lado. Cada provincia leonesa ajena al proceso autonómico leonés perderá una oportunidad para el progreso.
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