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León y los lugares comunes

06/07/2023
 Actualizado a 06/07/2023
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Estamos en precampaña para las elecciones generales. Es una época en que se debería escuchar las propuestas de los aspirantes para que puedan ser planteadas en las cámaras nacionales. En los programas políticos se refleja la profundidad de reflexión de los candidatos sobre el territorio al que pretenden representar. Y ese territorio, en España, se llama ‘provincia’.

España está dividida en provincias, que son las unidades fundamentales de nuestro Estado, los ladrillos del edificio. Las autonomías y los ayuntamientos pueden modificar su territorio, fusionarse o dividirse. Por el contrario, las provincias son demarcaciones electorales nacionales. De ahí la negativa a crear nuevas, pues se alteraría la representación de los territorios en las cámaras.

Por ejemplo, el paso que la Generalitat pretendió hace unos años para pasar de 4 provincias catalanas a 7, subdividiendo el territorio, suponía 12 senadores catalanes más y muchos más diputados. Se romperían ciertos equilibrios de poder ya pactados. Sin ir más lejos, la creación de la Provincia del Bierzo llevaría a que el territorio provincial que hoy elige 4 senadores pasaría a 8 entre las dos provincias, y los 4 diputados nacionales llegarían a 7 entre ambas. Es una sobrerrepresentación que las provincias más pobladas, donde ya hay reticencias por el peso de las menos habitadas, no permiten. En otro orden de cosas, las reivindicaciones de nuevas provincias son legítimas, aunque la Constitución no contemple una vía concreta.

Por esta razón, por la importancia de la provincia como unidad de referencia de España, es ofensivo que haya candidatos y partidos que se limiten a completar su discurso con un corta y pega de lugares comunes. Hablan de transición justa sin entrar a un solo detalle. Hablan de servicios públicos sin marcar objetivos concretos. Hablan de lucha contra la despoblación sin centrar los vectores principales. En el fondo, se aprecia falta de conocimiento del territorio, que deja a nuestra provincia como una simple herramienta para tocar poder. Luego, no podemos extrañarnos de que una reunión europea de presidentes de parlamento en León pase desapercibida. Con este perfil de candidatos, somos invisibles en Madrid.

León necesita debate sobre lo concreto, ambición, compromiso y controversia. Mandar ‘votasíes’ a Madrid no sirve para resolver el declive del Bierzo, ni el de León globalmente. Hay que hablar de números, de prioridades, de causas y de consecuencias de nuestro propio territorio, con independencia de Castilla y de prioridades de Madrid. Porque tras el sacrificio por los ‘intereses de España’ suele aparecer el beneficio privado.
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