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León: historia y disidencia

17/08/2023
 Actualizado a 17/08/2023
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La visita a la histórica estación de ferrocarril de San Bento, en Oporto, es recomendable por la original y artística decoración de los muros. Grandes áreas azulejadas reproducen cuadros costumbristas e históricos de Portugal en el vestíbulo. Entre ellos, figura una escena en la que el Rey de León examina, mal encarado, a un súbdito portugués desde el trono. El regio malote medieval asiste a la humillación del noble portucalense y recuerda que la Historia de León está jalonada de disidencias, como pasaba en los reinos coetáneos. Sin embargo, los leoneses somos poco dados a profundizar sobre ello. Nos gusta una imagen monolítica de lo que fuera un turbulento reino, con más de tres siglos de pervivencia como entidad política.

Egas Moniz, personaje central en la escena de San Bento, recibió el encargo de criar a Alfonso, que sería a la postre primer Rey de Portugal. Egas fue un hombre hábil que impulsó el ascenso del joven tutelado hacia el liderazgo portucalense y la independencia del Reino de Leâo, como le llaman en tierras lusas. Es héroe nacional, aunque en León no sepamos de su existencia. Alfonso ya fue proclamado rey por sus caballeros tras la victoria en la Batalla de Ourique, pero faltaban unos años para que fuese reconocido como tal. Por cierto, la madre de Alfonso, Teresa, hermana de la reina Urraca de León, firmaba unos años antes como ‘portucalensis regina’ con el consentimiento de su hermana. 

La Corona de León mantuvo territorios bien diferenciados, como muestra la documentación: el Condado Portucalense, el Reino de Galicia, Asturias, el Condado de Castilla y el Reino de León. Por esta causa, hasta cuatro disidentes de los reyes leoneses se proclamaron reyes de Galicia. Incluso, hubo una reina Urraca de Asturias. Eso por no hablar de las continuas disputas con los condes castellanos, que devendrían tardíamente en reyes de Castilla.

La continuidad histórica de la sede legionense no se pone en duda con estos episodios. De hecho, fue mayoría la disidencia que aspiró a ocupar el Palatium Regis, llamado hoy San Isidoro, en León. Algunos de ellos alcanzaron el éxito, tras liquidar a la competencia. El último suspiro de la Corona Leonesa independiente llegó con el Infante Juan, Juan I, que pudo estrenar la catedral gótica, en obra avanzada. Cinco años de abrupto reinado evidencian que ni León era Castilla, ni Castilla era León en 1300, medio siglo tras la muerte de Fernando III. Fue esa sostenida diferencia entre territorios lo que utilizó la entonces nueva secta cristiana, la católica romana, para apagar aquel Reino de León, contestatario y legalista, de tradición cristiano-ortodoxa.

 

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