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León y la fiebre hemorrágica

14/09/2023
 Actualizado a 14/09/2023
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El cambio climático está produciendo importantes variaciones en el crecimiento y la extensión de especies animales y vegetales. El desplazamiento de un grado de las temperaturas medias de un lugar durante varios años hace inviables ciertas especies. Además, los fenómenos atmosféricos extremos como picos de temperatura, periodos cálidos o fríos fuera de su época habitual, sequías prolongadas o lluvias torrenciales limitan la pervivencia de unas especies, eliminan otras y abren la puerta a especies foráneas, antes inadaptadas.

Estamos viviendo un vaciado de insectos, como se comprueba por la escasa suciedad en los parabrisas de los coches. Esta despoblación entomológica ha hecho desaparecer gran parte de la población de pájaros silvestres. Desconocemos el alcance en la cadena trófica o en la polinización. Sin embargo, este paréntesis es el prólogo de la reocupación por nuevas especies de insectos, que obligarán a un nuevo equilibrio ecológico.

Un efecto visible es la aparición de nuevas enfermedades, tanto en humanos como en animales. Los mosquitos vectores de virus y bacterias son específicos, es decir, solo ciertas especies de mosquitos y garrapatas son capaces de alojar a cada microorganismo. Su ascenso desde el sur, más cálido, ha puesto en alarma a la cabaña ganadera, con un número creciente de casos de fiebre hemorrágica bovina. A medida que los nuevos insectos colonizan las zonas donde han desparecido los anteriores, la enfermedad aparece en esas comarcas. León comienza a estar afectado, luego el mosquito vector ya llegó.

La variación de los parámetros climáticos obliga a revisar las patologías que sufrirá la cabaña ganadera leonesa. Las instituciones sanitarias tienen un reto ante sí al que deben anticiparse, puesto que estas enfermedades, aunque nuevas aquí, existen desde hace tiempo más al sur y son bien conocidas. De igual manera, comienzan los problemas con la germinación del trigo en ciertas zonas, pues este proceso natural requiere un golpe de frío con heladas. Los periodos de maduración en el viñedo cambian, como el crecimiento de los chopos. Asistimos a descensos pronunciados de las producciones agrícolas por la inadaptación al cambio climático.

En esta vertiente, también las instituciones han de ensayar y difundir las plantas que más se adapten a la nueva realidad: más temperatura media, periodos de sequía prolongados, estación cálida más larga, otoños con lluvias violentas, inviernos con escasas heladas y menor disponibilidad global de agua.

León dispone de facultades e institutos para anticiparse. Las organizaciones agrarias deben corresponsabilizarse en la adaptación al cambio.

 

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