En esta columna se habla con frecuencia de las prioridades de la Provincia de León para integrarse en las redes de transportes peninsulares y europeas. La dimensión de las inversiones que se plantean, aunque sean irrenunciables, es una limitación.
Sin embargo, en una escala inferior y esencial, está la integración viaria de las aglomeraciones y corredores más poblados. Fortalece las relaciones internas supraurbanas, favorece el crecimiento de los negocios y dota de más entidad las áreas residenciales, que se tornan accesibles para personas que trabajan lejos.Dentro de la aglomeración de Ponferrada, por ejemplo, serían recomendables trenes de cercanías o tranviarizados sobre la línea Bembibre-Ponferrada-Toral de los Vados. No hay razón para que un ponferradino renuncie a ir en ferrocarril a un trabajo en el Polígono de Bembibre. Otra opción es aprovechar los inicios del Ponfeblino, cuando se ponga en funcionamiento, para conectar Ponferrada o Toreno con un potente polígono industrial en Compostilla. Está en una lógica para facilitar desplazamientos con bajo impacto ambiental. Explotar al máximo la infraestructura ferroviaria dentro del la Olla Berciana fortalecería la necesidad del tren y de avanzar un poco más allá en su modernización.
Otro ámbito que podría explotar más las posibilidades del ferrocarril es la línea Astorga-León-Onzonilla. Que pueda ser un medio habitual de transporte entre las poblaciones de esa zona, más allá de operaciones de larga distancia, parece haberse olvidado. Con la aproximación a los centros urbanos del Polígono de Villadangos mediante el servicio de cercanías, en condiciones atractivas, se rentabilizaría más la infraestructura ya existente.En el capítulo de itinerarios de hierro recuperables, la línea Astorga-La Bañeza-Benavente puede ser asumible, sin que nos haga olvidar la reivindicación del trayecto de la Ruta de la Plata completo. Las áreas comerciales e industriales en ese corredor aconsejan una línea de cercanías. El ferrocarril de León a Matallana cumpliría la misma función, con la agravante de que se invirtió más de 10 millones de euros en la integración de León que no se utiliza.
En la articulación de León ciudad sobrevuelan tres claves: completar la ronda norte, un acceso directo y exclusivo al aeropuerto, y la tercera, tan polémica como necesaria, la integración municipal de San Andrés del Rabanedo en León. Hay la evidencia de una deuda municipal irresoluble, un bloqueo funcional y una infravaloración desde cualquier punto de vista, si se mantiene como municipio independiente. La integración en una ciudad de 150.000 habitantes resolvería la deuda y más.