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Las mujeres y el carbón

08/12/2022
 Actualizado a 08/12/2022
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Santa Marina de Torre celebró un homenaje a las trabajadoras de las minas de carbón este fin de semana. Es un colectivo desconocido para gran parte de los leoneses, a pesar de que tuvo presencia en todas las cuencas de la provincia: Fabero, Sabero, La Robla, Villablino... Son muchas las mujeres que aún pueden testimoniar el trabajo de carga y descarga de camiones y vagones de tren, función principal que se les asignaba.

Fue un grupo numeroso, pues solo en el acto que tuvo lugar en la casa de cultura de Santa Marina se contaron 52 mujeres en su entorno. Se incorporaban a las empresas mineras en la niñez, con edades de entre 12 y 14 años, procedentes de las familias de las aldeas cercanas, llenas de alegría y con un fuerte espíritu de hermandad. En algunos casos apenas podían con las palas, pues eran niñas con una nutrición que no siempre era adecuada. Con frecuencia tenían que trabajar sábados y domingos, a fin de que los vagones o los camiones pudiesen realizar los portes el lunes siguiente, lo que dificultaba el cortejo con los jóvenes. Incluso llegaban a no coincidir con sus novios, por trabajar en turnos diferentes. Su salario era exactamente la mitad de lo que ganaba un chico por la misma faena, en jornadas de 8 horas.

El periodo laboral de estas trabajadoras concluía al casarse, momento en que pasaban a las labores del hogar, más relajadas, según relataban. En ese momento adquirían la condición mayoritaria de esposas y madres de mineros, hermanas... Por esa causa es rara la familia que no cuenta con fallecidos en accidente laboral en las minas entre su red familiar, así como con historias de rescates, lesiones, silicosis, etc. Las minas generaron un microcosmos en el que se frenó en parte la emigración, se intensificaron los estrechos lazos interfamiliares, típicos del sistema de poblamiento leonés, y se salió, con sudor y sangre, de unas condiciones de vida humildes, que son en las que vivía toda la provincia. No hay nada comparable en extensión ni en Galicia, ni en Castilla.

El ferrocarril primero, la minería, después, y el regadío, más tarde, acrecentaron la economía leonesa, mejorando las condiciones de vida. El sistema económico leonés no perdió su carácter diversificado, con ganadería de todo tipo, agricultura diversa, y otras fuentes económicas alternativas. Sin embargo, la actividad carbonera demolió la ganadería, pese a ser el núcleo económico de las familias durante siglos. La facilidad para acceder a recursos económicos que dio la mina no se vio frenada por su alto riesgo. Las mujeres del carbón vivieron en primera línea esos profundos cambios como pilar central de la casa.
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