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Una huella leonesista

26/10/2023
 Actualizado a 26/10/2023
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La semana pasada falleció Luis Blanco Vega, conocido por su etapa como concejal de la Unión del Pueblo Leonés en el Ayuntamiento de León. Sin embargo, no parece esa su mayor aportación a la sociedad. Luis tenía una visión profundamente pragmática de la realidad. Su pulsión por las cuestiones tangibles dejó huella palpable en la vida leonesa.

Heterodoxo en sus formas de pensar y de expresarse, le conocí en torno al año 1990. Redactamos juntos una memoria proyecto para algo que se materializaría más tarde: la construcción de una autovía entre León y Burgos que modificase favorablemente la posición geoestratégica de la ciudad legionense. La pulcritud de los planos y mapas de Luis daba lustre a aquel documento, de poderosa argumentación que, aún hoy, parece impecable. Producto de aquellas presentaciones -ayuntamiento a ayuntamiento, diputación a diputación, cámara de comercio a cámara de comercio, asociación a asociación- la idea cobró vida y hoy es una infraestructura clave para el presente y el futuro de León, donde Luis tuvo una presencia decisiva.

Cuando aquel impulso terminó, tras las primeras licitaciones de la autovía, Luis se volcó en el estudio de los planos y problemas de la ciudad, y trazó el Plan León 2002 Oeste. La solución al paso a nivel del Crucero, fuente de continua de conflictos, tomó de aquella propuesta urbanística numerosas ideas. La reflexión sobre otras soluciones a problemas urbanos se integró en el debate municipal con el impulso y la contribución de Luis.

Protestón, polémico, incontenido a veces, y heterodoxo, como otros leoneses, encauzaba su descontento hacia propuestas racionales, prácticas y meditadas. Ahí estuvo su valor diferencial: tras su queja aguardaba una solución sustanciada en una memoria, algo fuera del alcance de la mayoría de los que le acompañaron en la política. Luis fue un leonesista más en lo humano, pero un titán en lo argumentado de sus posiciones y un generador de contenidos como pocos de los que pasaron por una concejalía de León. Nada puede ocultar ese aspecto propositivo y constructor, tan ausente como deseable en la política general con frecuencia.

Luis engrosa el panteón de leonesistas ilustres, junto a Óscar García Prieto o Jaime Andrés, que representan los albores del movimiento por la autonomía y la cultura leonesa; con Juan Garzo, que contribuyó a fraguar las primeras iniciativas políticas leonesistas; con Marcelino Elosúa, que encarnó el leonesismo empresarial; con Baldomero Lozano, dueño de la legitimidad que aborda la causa leonesista desde el socialismo; o con José María Suárez, conservador y litigante por la autonomía en los tribunales.

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