La Junta de León y Castilla mantiene una guerra económica de facto contra la Región Leonesa. Por ejemplo, los fondos europeos Interreg de 2022, para promover la colaboración transfronteriza hispano-lusa, se destinaron en mayor cuantía a Valladolid, sin frontera, que a Zamora o a Salamanca. El gobierno autonómico se ha negado a circunscribir estos fondos a provincias fronterizas en 2023. En consecuencia, se utiliza a la Región Leonesa para captar recursos que luego gastan en la Región Castellana.
La negativa a promover en la Unión Europea una región estadística NUTS 2 del territorio leonés conlleva que lo que se percibe por su reducido nivel de renta (82% de la renta media española) se reparte también en Castilla (102% de ese parámetro) sin que se promueva la cohesión; otro caso más de perversión para beneficiar a otro territorio.
La financiación autonómica supone en torno al 60% de toda el presupuesto público español por habitante, excluidas las pensiones. El Gobierno Central decide el destino de un 25% de los fondos públicos. El otro 15% lo asignan ayuntamientos y diputaciones. En consecuencia, si una comunidad autónoma margina económicamente a una provincia, no hay recursos para compensarlo. Es lo que sufre León por la guerra económica que practica la Junta contra su territorio. De los 5.500 euros por habitante y año que deberían llegar, en la provincia de León apenas reciben 3.500. No es posible compensar este gigantesco desfase por otras administraciones: una déficit de 800 millones anuales.
¿Dónde está ese dinero? La Junta desarrolló y blindó en Valladolid un aparato administrativo que compra, consume e impulsa esa provincia y su región. Además, da prioridad a las inversiones en la industria del automóvil –que es residual en la Región Leonesa– mediante un flujo continuo de ayudas. El diseño de las redes de comunicaciones se pactó con los ministerios para favorecer a Castilla, pero marginando a León. Muchos de los fondos que se gastan en Valladolid se contabilizan como no provincializados, como las sedes de las consejerías o las compras que realizan. El presupuesto autonómico esconde una parcialidad que delata una auténtica guerra económica contra la Región Leonesa.
Este profundo declive sitúa la Región como la de peor trayectoria de las 18 que hay actualmente en España (las otras 16 autonomías, más las 2 regiones de León y Castilla). Pone en evidencia que la Junta es una institución fallida. La solución apremia: crear la Autonomía Leonesa para adoptar sus políticas propias y disponer de interlocución con el Gobierno Central. De lo contrario, el occidente peninsular seguirá en la depresión.