Lo más importante para visibilizar un lugar es la exposición de su nombre en los medios de comunicación. Que un topónimo de ciudad, su comarca o provincia sea repetido en boca de miles de personas de lugares lejanos lo pone en el mapa. De hecho, conocemos la existencia de muchas ciudades gracias a que aparecen en las noticias.
Entre los muchos medios para lograrlo, quizás el más meritocrático y menos marcado por cuestiones ajenas al esfuerzo es el deportivo. Un equipo de élite llega a las divisiones superiores de su disciplina gracias a resultados medibles. No le afecta ser el preferido de alguien y tampoco puede eludir la necesidad de ganar, de jugar mejor, de gestionar con más eficacia el presupuesto, de crecer, para estar entre los primeros. No hay ‘trepas’ ni favoritismos en la élite del deporte. Uno de los premios a ese esfuerzo eficaz es la notoriedad informativa.
Disponer de equipos capaces de abrir los noticieros, como el Ademar León de balonmano masculino, el Bembibre Baloncesto femenino o el Sprint Atletismo León femenino, todos ellos en la máxima categoría de sus especialidades, es fundamental para mantener la presencia de sus ciudades en los medios de comunicación nacionales. El descenso de la Sociedad Deportiva Ponferradina a la tercera categoría del fútbol masculino fue una desgracia para la notoriedad de Ponferrada, en primera instancia, y de toda la provincia a la postre. El fútbol genera más impacto informativo que otros deportes, de modo que la segunda categoría de estos equipos concita más atención que la primera de otros deportes.
Existe un debate sobre la conveniencia de dedicar fondos públicos a estos equipos. En contraste, las instituciones invierten en publicidad de sus territorios cuantiosos recursos. Podría argumentarse que los equipos deben cubrir una faceta de la comunicación de sus poblaciones de origen y que las instituciones han de cubrir otra. Sin embargo, no es menos cierto que Bembibre se conoce más en España gracias a su equipo de baloncesto femenino entre personas que, de otra manera, no hubiesen sabido de su existencia.
La notoriedad de una población permite atraer personas, puesto que las pone en su radar de destinos de viaje. También fija la atención de empresas, puesto que las dirigen personas que pueden indagar sobre las características y la oferta de ese lugar que tiene un equipo en la élite. A estos intereses contraponemos que la falta de proyección nacional lejos de la élite carece del valor publicitario expuesto, aunque ofrece otros, como el social. Por eso, facilitar el trabajo deportivo para alcanzar la élite es un objetivo más de las instituciones.