Trazar un plan de desarrollo económico de la Provincia de León requiere analizar la situación actual, medida en cifras. Conocer el empleo y la aportación de cada sector es fundamental para marcar objetivos. Se debe indagar cómo se transforma la estructura económica de la provincia y su tendencia, para aprovecharla o corregirla, según convenga. Hoy nos vamos a servir de las estadísticas de la Seguridad Social y de los datos de la Contabilidad Nacional.
Una observación inicial muestra que León es una provincia bastante igualitaria en género, pues en agosto de 2023 solo había 3000 mujeres menos cotizando respecto a los 85.500 hombres, un 3,5 % menos. La brecha media en España es de más del 10 %. Incluso, llama la atención que las mujeres cotizantes en regímenes agrarios representen casi 2.300, una cifra alta para la dimensión provincial.
El sector agrario, tan importante en otros tiempos, ocupa a unos 7000 trabajadores (agosto 2023) de ambos sexos, que suponen el 4 % de la masa laboral. Hace veinte años eran el 7,5 %, casi el doble. La aportación al PIB a precios de mercado (último dato de 2019) pasó en veinte años del 6,5 % al 3.6 %. Su peso en la economía leonesa ha disminuido, como sucede en todo Occidente, pero mantuvo su productividad respecto al resto de sectores durante esos dos decenios. Podemos hablar de una reconversión eficaz en este sector.
Las ramas extractiva e industrial, golpeadas por la crisis del carbón, han pasado de aportar el 22,1 % del PIB al 12 %. También la construcción aporta mucho menos, pasando del 10 % al 5 %. Ambas caídas fueron cubiertas por el sector de servicios. Los servicios públicos alcanzan un 24,8 % del PIB, desde el 18,1 % en 2000, pero lo que realmente creció de forma destacada es la aportación al PIB de la venta privada de servicios inmateriales (del 13,5 % al 21,9 %), mucho más que el comercio de productos privado, incluso.
En resumen, la producción en el sector agrario de la economía leonesa es superior a las de otras provincias, pero incluso así ha pasado a pesar poco, siguiendo la estela de otras, donde llega a suponer menos del 2 %. La producción industrial aporta el 12 %, lejos de los objetivos nacionales de superar el 22 %, que casi ningún territorio alcanza. La venta de servicios experimenta el crecimiento mayor, por encima del comercio clásico de productos y de los servicios públicos.
El objetivo de las instituciones leonesas debería apuntar a una expansión del sector industrial hasta el 20 % del peso en la producción global. Eso implicaría sacrificios medioambientales previstos y controlados, así como una política industrial leonesa y recursos propios: una autonomía.