Si algo caracterizó las Elecciones Generales del 23 de julio en España ha sido la concentración del voto en torno a los dos principales partidos. Entre ambos, PP y PSOE, han ganado 49 diputados respecto a las anteriores Generales. Considerando los dos bloques, de derecha e izquierda, pese a que los dos partidos de apoyo (Vox del PP, y Sumar del PSOE, que venía a sustituir a Podemos) perdieron 26 escaños, aún se acumularía una ganancia de 23 representantes entre los dos bloques. Incluso ponderando los 10 escaños al Congreso perdidos por el desaparecido Ciudadanos, quedarían otros 13 que se han recogido restando diputados a los partidos minoritarios.
A esto se añadió una participación extraordinariamente alta, que ponía el listón para entrar en las Cortes Españolas prohibitivo, ya que cada representante requirió de más votos que en las últimas convocatorias. En resumen, el arco parlamentario pierde colorido con la exclusión de Teruel Existe, PRC, NA+ y CUP, así como registra el debilitamiento de UPN, ERC, Junts, PNV y CCA. De los que lograron representación, solo EH Bildu creció ante el empuje de los dos grandes, convirtiéndose en la primera fuerza de su circunscripción electoral.
En León la situación fue extrema para lo que se acostumbra, pues entre PP y PSOE pasaron de acumular el 64% del voto al Congreso de los Diputados al 70% y al 71% en el Senado, algo nada habitual. Solo la UPL resistió ese embate, doblando de largo sus votos, pero sin fruto. La candidatura al Senado leonesista se convirtió en tercera fuerza de la provincia tras doblar, también, su cifra de votos. Esto deja a UPL como tercer partido de la provincia tras el conjunto de las Elecciones Autonómicas, Municipales y Generales. Mantener esa trayectoria ascendente es ahora el reto de los leonesistas en León, mientras las candidaturas de UPL en Zamora y Salamanca van remontando desde posiciones más modestas en cada convocatoria.
Un aspecto que tiene impacto en el traslado de las necesidades de la Región Leonesa a las Cortes Españolas va a ser la ausencia del senador de Compromís Carles Mulet, al que tanto tiene que agradecer esta tierra. Mulet se convirtió en altavoz de las necesidades leonesas, supliendo la dejación de funciones de los senadores populares y socialistas por León. Es una carencia que León va a notar, ahondando en su invisibilidad.
Para saber la importancia que hubiese tenido un representante leonesista en Madrid hay que hacerse idea de lo que hubiese sido negociar el apoyo a la investidura de uno u otro candidato en la actual situación. Es una oportunidad perdida, pero habrá más en este devenir político imprevisible.