Maximino Cañón 2

Aquellos Reyes y el insomnio

09/01/2024
 Actualizado a 09/01/2024
Guardar

Con gran ilusión esperabas, sin poder conciliar el sueño, la llegada de esos Reyes llegados de Oriente que, año tras año, atravesando medio mundo llegaban a tu ciudad para llenar de alegría los corazones de multitud de niños y niñas y veían si tu conducta había sido la correcta y eras correspondido con aquello que, previamente, habías pedido por carta para que los pajes las trasladaran a S.S.M.M los Reyes Magos, una vez depositada en el buzón de Correos.

Siempre tenías la duda temiendo por ver si en vez de los regalos ansiados te traían el temible ‘carbón’, aunque internamente pensaras que no habías sido malo, salvo algunas pequeñas travesuras propias de la edad.

Eran tiempos en los que, influidos por las películas de guerra que inundaban las carteleras de los cines que mayormente proyectaban y donde, casi siempre, ganaban los que creíamos buenos, nuestros deseos iban encaminados a las pistolas, espadas y demás armas simuladas para que luego nos sirvieran de defensa en los encuentros con los chavales de otros barrios.

Con el fin de emular a los espadachines, Guerrero del Antifaz y compañía, llevábamos la gabardina abrochada solo con el botón de arriba para que hiciera las veces de capa. A lo que me quiero referir era a las sensaciones previas a la llegada de los esperados Reyes en los días previos. Entonces nos se prodigaban tanto los catálogos de juguetes como ahora, debido a que aquellos Reyes al venir de tan lejos en camellos no podían traer todo lo que pedíamos.

Los días agridulces eran los posteriores a la festividad, digo esto porque si bien te llenaba de alegría el poder salir a comparar los juguetes recibidos con los de los demás chicos de la calle, al mismo tiempo presentías el final de las vacaciones y el encuentro con la realidad colegial.

Yo, desde muy pequeño, junto con mi hermano Luis, nos inclinábamos por la música, afición que nos acompaña hasta nuestros días, siendo correspondida con unas armónicas, instrumentos asequibles y muy utilizados entonces, y que hoy prácticamente han desaparecido sustituidas por las nuevas tecnologías, convirtiendo a las nuevas generaciones en músicos pasivos.

Entonces los concursos infantiles, cara al público, eran habituales en las emisoras existentes: Radio León (Cadena Ser) y La Voz de León (Radio Falange), que ante la ausencia todavía de la televisión suscitaban verdadero interés los días en que los mismos se emitían. Quien de los radioyentes de entonces no se recuerda del premio que, el conocido conductor del programa ‘Antena Infantil’en Radio León, Horacio Andrés, te entregaba como «el paquetón de caramelos de Confitería Polo» como premio a tu intervención desinteresada  en la radio.

Aunque la gente cuestione la monarquía navideña dando entrada a los ‘Papás Noel’ lo que se ha conseguido es duplicar la entrega de regalos en las fiestas.

¡Feliz año! Y a ver si nos llega cargado de nuevas empresas con puestos de trabajo para nuestra gente, que buena falta nos hace, y mucha salud para todos.so político.

Lo más leído