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La agenda cultural de León

11/01/2024
 Actualizado a 11/01/2024
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Hace unos días me acerqué a ver un concierto de la coral Escarcha en Lorenzana. Fue una casualidad verlo en Facebook. Si no hubiese sido por el post colgado por una de sus componentes, no habría ido, porque no encontré otra información. Y yo quería escuchar esa agrupación. León tiene una carencia con su oferta cultural. No existe un lugar, virtual o material, donde encontrar toda. No se trata de tener una agenda cultural de la capital, o de Ponferrada. Se necesita una agenda global de la provincia. Sabemos que la ciudad legionense tiene una extraordinaria oferta musical que comprende intérpretes clásicos, jazz, música moderna, ligera, ‘jam sesión’, etc. Pocas ciudades de su dimensión e incluso mayores pueden ofrecer lo mismo. 

Otro tanto se puede decir de la programación de teatro de Ponferrada, cita obligada para las compañías dramáticas en los circuitos escénicos que incluyen capitales de provincia y ciudades intermedias. Es fácil encontrar la oferta de Ponferrada, pero difícil encontrar en el mismo punto de información un evento en Bembibre o Fabero.

La provincia de León requiere una agenda integral de su oferta: desde las conferencias sobre  Soroya en Astorga, hasta la exposición de Aragonito Azul en Bembibre, o la proyección del Búho Viajero en Matallana de Valmadrigal. Los leoneses estamos ávidos de actos culturales. La respuesta a estas convocatorias es superior a la de provincias limítrofes incluso más pobladas. Además, hay visitantes interesados en actos puntuales, imposibles de ver en sus lugares de origen. 

Una estrategia imprescindible para una provincia que quiere desarrollar su proyección turística es poner fácil la consulta de esa información. Hay docenas de museos, conferencias, proyecciones, exposiciones o presentaciones de libros interesantes esparcidas por toda la provincia, pero no tenemos un punto de información para explotarlo. Lo más difícil es crear ese magma cultural, esa oferta, que se consigue en gran medida con generadores de contenidos desinteresados. Si difícil es disponer de personas que generen contenidos, más lo es que estén dispuestas a hacerlo a cambio de nada o prácticamente nada. También hay muchas actuaciones de pago, lo que nos desmerece ni a unas ni a otras.

En León tenemos creatividad y oferta, abunda, pero no somos capaces de comunicarlo. Es momento adecuado para que las instituciones –la Diputación de León más marcadamente– viniesen a subsanar esta carencia antigua. El mundo de la cultura en León es un hervidero y un yacimiento por explotar. Debería abrirse la puerta a captar otro público con ese escaparate informativo para que continúe incluso más vivo.

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