Forecu o cómo ser joven hace 60 años

El Club Formativo, Recreativo y Cultural, (Forecu), fue una singular iniciativa asociativa en el León de los años 60, un foro de deporte y cultura, una forma de ser joven, una válvula de escape con algunos personajes muy recordados en la ciudad

08/04/2024
 Actualizado a 08/04/2024
Albino de La Varga, el cantante Manolo Díaz que ofreció un concierto, Maxi Cañón, Bernardino, M. Hernando y Manuel Martínez Henares. | Fernando Rubio
Albino de La Varga, el cantante Manolo Díaz que ofreció un concierto, Maxi Cañón, Bernardino, M. Hernando y Manuel Martínez Henares. | Fernando Rubio

Dice la historia del FC Barcelona que fue en 1.968 cuando, en un discurso del presidente Narcis de Carreras, nació el lema de «Barcelona, más que un club». Cuatro años antes, en 1964 (aunque no le llegó la legalización hasta 1965), había nacido en León otro club, muy diferente pero también con una vertiente deportiva, que se decía de él que era «más que un club», diferente los que entonces había en aquel León  «raposo», que decía Agustín Delgado. Por cierto, entre sus ‘padres’  estaba Bernardino Martínez Hernando, también metido en la aventura poética de Claraboya, a quienes ‘cedió’ su carnet de periodista para vestirlos de oficialidad.

En el caso del FORECU no hace falta consultar a Fernando Rubio si en su archivo tiene «material» sobre este  club pues forma parte de sus recuerdos, de su adolescencia y juventud leonesa, de sus nostalgias... Nadie mejor que él para recordar qué ‘se escondía’ debajo de ese extraño nombre: «Como es lógico, se me agolpan los recuerdos, pero diría que fue un espacio estupendo para disfrutar con el teatro, el cineforum, conferencias, tertulias y otras actividades culturales y artísticas. También con las excursiones y el deporte, eso sí, en mi caso solo como espectador y fan. Como se diría hoy era una espacio para ‘socializar’, lo que entonces conocíamos como relacionarse entre jóvenes y adolescentes que compartían ilusiones e ideales».

Llegó aquel FORECU en unos tiempos en los que ‘convivía’ con otros grupos o asociaciones muy diversos, diferentes. «Sustituía, más bien completaba, aquellos paseos dominicales por Ordoño II, acudir al cine en los Agustinos o en los Maristas, los juegos en los salones de la OJE o de ‘los Luises’  o, en fin, los guateques, que habían crecido con el desarrollo de los tocadiscos portables y la abundancia de música enlatada en formato de disco, ya sencillos  o de larga duración (LP), que eran toda una modernidad después de las lejanas Nocheviejas en las que la música provenía sólo de la  emisiones radiofónicas o de las gargantas de los reunidos acompañadas de panderetas, zambombas y las cucharillas al roce de la botella de anís».

Y ahí aparece el FORECU, un mundo diferente en su sede de Padre Isla, 34; «un espacio que te permitía participar en tertulias, aptas para menores, pero similares a las que formaban ‘los mayores’ en muchas cafeterías y bares en las tardes y en las que sólo podías estar de oyente; también teníamos en la biblioteca libros ‘difíciles’ de encontrar», recuerda Rubio, uno de aquellos «400 locos del Forecu que en principio éramos solamente cincuenta: chicos y chicas»;y resalta esta parte de las chicas pues no era lo habitual de la época. «Aquel espacio de nuestra sede fue para muchas chicas un alivio pues entonces estaba ‘mal visto’ que las mujeres frecuentaran los bares; por ello,  el ambigú del Forecu resultó providencial, así como la biblioteca, donde por dos pesetas podían alquilar los libros de más éxito, como ‘Cuerpos y almas’ - un auténtico bombazo en los sesenta-, o ‘Las desventuras del joven Werther’, que la crítica había tachado de peligroso, porque, decían, inducía al asesinato».

Como con todas las asociaciones de la época la policía estaba ‘ojo avizor’ y siempre se sospechaba de la presencia de la famosa ‘secreta’; en este apartado de ‘guardar las apariencias’ resultó providencial la presencia en el FORECU del cura Bernardino Martínez Hernando, todo un personaje, también presente en Claraboya, con el tiempo crítico de diversas revistas especializadas de tirada nacional, profesor de la Facultad de Periodismo recordado por todos sus alumnos... «Fue, diría yo, nuestro líder espiritual», explica Fernando.

Son muchos los nombres y las iniciativas vinculadas al FORECU; Rubio recuerda algunas. «Son muy recordados los encendidos debates ‘con juez’; el teatro leído, llegaron a convocar el Primer Concurso de Poesía FORECU, que organizó Manolo Alonso ‘El Corto’; logró tener tres equipos de baloncesto: el Forecu Masculino -su buque insignia-, donde jugaba Manolo Armendáriz ‘El Largo’, que destacaba por sus 2,03 metros y que llegó a jugar en primera con el San José de Badalona; el Atlético Forecu (que agrupaba a jugadores ‘menos brillantes’); y el Forecu Femenino, que consiguió ser campeón provincial; atrajo la atención de TVE, a la que fueron ‘a debatir’ sobre ‘El ligue’ Maxi Cañón y Sara Porro, también fue famoso el concierto que ofreció Manolo Díaz, el creador de temas como ‘Quiero una motocicleta’, que interpretaron Los Bravos; se llegó a publicar una revista y, como anécdota, te diré que en aquel ambigú mixto nacieron muchas parejas y matrimonios entre ‘forecus’».

- ¿Mereció la pena?

- Te contesto con palabras de Maxi Cañón:«Mereció la pena vivirlo y merece la pena recordarlo».

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