Un partido que está por tanto en el aire dependiendo de qué determinen los tests serológicos a los que se somete el equipo, por un lado los serológicos que exige la EHF y por otro los PCR a través de sanidad para aquellos jugadores que dieron positivo la semana pasada obligando a aplazar el viaje previsto a Moscú. En caso de que todos sean negativos el partido se jugará con normalidad, algo que también ocurrirá si es algún caso concreto el positivo ya que al no haber estado en contacto los jugadores tras la última semana Manolo Cadenas podría contar con ellos al no tener que confinarse. Toda la plantilla y el cuerpo técnico se encuentran en perfecto estado de salud.
La incertidumbre ya no va solo por si será posible la celebración del partido, sino también el horario en caso de que así sea. Y es que el toque de queda que entrará en vigor este mismo sábado a partir de las 22:00 horas hará en principio inviable que el encuentro se dispute a la hora prevista, las 20:45 horas. Así, el Abanca Ademar adelantaría el horario para hacer posible su celebración, pendiente siempre de la normativa y de los acontecimientos que pudieran sucederse relativos a ello en los próximos días.
No es el único obstáculo que tiene que salvar la celebración del partido, ya que el Metalurg, último rival del Toulouse, anunció dos casos positivos, por lo que es muy posible que pueda detectarse algún contagio en el equipo francés, que por otra parte este viernes jugó partido de liga ante el Chartres. El conjunto macedonio es el siguiente rival europeo, si bien el partido no se disputará hasta el 17 de noviembre por lo que no afectaría el confinamiento de dos semanas al que se someterá. Por el momento, ya ha solicitado el aplazamiento de su partido ante el Wisla Plock del martes.