El Astorga se vuelve a meter en un lío (0-2)

Después de una buena primera parte, un penalti inexplicable de Víctor abrió el camino para un Somozas que sin hacer nada mató el encuentro gracias a una genialidad de Héber

J. Alonso
05/04/2015
 Actualizado a 01/09/2019
Un momento del partido disputado ayer en La Eragudina. | MAURICIO PEÑA
Un momento del partido disputado ayer en La Eragudina. | MAURICIO PEÑA
Cuando cuentas tus partidos por finales, una derrota suele suponer todo un palo para un equipo que además no lucha por ganar una liga o meterse en una fase de ascenso, sino por salvar la vida o en este caso la categoría.

Es el caso del Atlético Astorga, que debía ganar en esta segunda vuelta los partidos ante los rivales de ‘su liga’ si quería continuar en la división de bronce la próxima temporada, algo que venía cumpliendo casi escrupulosamente, dando algún susto a un rival de nivel superior e incluso sacando algún punto fuera de su estadio que acercaba poco a poco el objetivo.

Sin embargo, tras el partido de ayer ante el Somozas en La Eragudina ya sí que no queda margen de error. Los maragatos cayeron en un partido en el que su afición estuvo detrás del equipo desde el inicio presentando el estadio una de las mejores entradas de toda la temporada y en el que cuando ambos equipos llegaron al descanso poco hacía presagiar que el desenlace iba a ser similar al que finalmente ocurrió.

Ambos equipos comenzaron muy imprecisos, especialmente la defensa gallega, que permitió que ya en los primeros cinco minutos primero Bandera y luego Víctor probasen en sendas ocasiones a Marc Martínez. El Somozas, fue renunciando a tratar de tener el balón según fueron pasando los minutos y Míchel Alonso fue siendo consciente (quizás por experiencia propia) de que en ese campo un balón largopodía generar una ocasión de gol de la nada como bien comprobaría después.

En la primera mitad el Astorga mandó con un gran Taranilla en el centro del campo pero sin fortuna de cara a portería Y así fue, el Astorga mandaba con un Taranilla dueño y señor del centro del campo y los visitantes buscaban el peligro en balones a la espalda de ambos laterales o a balón parado, que en los primeros minutos fue lo que más rédito les dio y a punto estuvo de significar el 0-1 si Javi no hubiese sacado un remate de Luis Ángel en el área pequeña que parecía colarse.

Por los maragatos, Borjas canalizaba un día más el juego ofensivo de su equipo, aunque el de ayer no fue ni mucho menos el día del canario. Impreciso, luchó cada balón pero sin fortuna no solo a la hora de definir sino tampoco a la de tomar decisiones. Por su parte, tanto Asier como Diego en las bandas lograron sacar bien pronto del partido a Álex Bao, al que Míchel Alonso retiró antes del descanso asumiendo la gravedad que podría significar para su equipo quedarse con un jugador menos tan pronto.

Fue el propio Diego el que tuvo la ocasión más clara justo antes de llegar al descanso después de quedarse solo ante el guardameta gallego, que hizo muy pequeña la portería y logró arrebatarle el balón al interior en su intento de regate. Esa jugada dejaba en la grada durante el descanso un sabor de boca que invitaba mucho más a pensar en llevarse la victoria que en encontrarse una derrota en ese momento impensable.

Y lo cierto es que tampoco lo fue según se iniciaron los segundos 45 minutos, con el mismo guión del primero y con Borjas teniendo una buena ocasión nada más comenzarse.

No fue la única antes de torcerse las cosas y es que el canario la volvió a tener esta vez en un remate de cabeza solo en el área pequeña a centro de Cristian que mandó fuera a escasos centímetros del palo derecho de la portería gallega.

Lo que para nada estaba en ningún guión era lo que iba a ocurrir en el ecuador de ese segundo tiempo. El Somozas, que solo había llegado a la portería de Javi en alguna acción aislada de Héber, se encontró con un regalo en forma de penalti cuando quizás peor lo estaba pasando.

En un balón llovido del cielo, sin aparente peligro, Víctor agarraba del cuello a Jordi Martí justo en el límite del área, una acción que el árbitro veía dentro y señalaba por tanto penalti. Edy no fallaba desde los once metros a pesar de la buena estirada de Javi y el partido daba un giro completamente inesperado.

Pepe Calvo quitó a Taranilla y Bandera recibiendo algún silbido de la grada en la recta final del encuentro de ayer A partir de ahí el partido fue un quiero y no puedo del Astorga. Pepe Calvo metió a Roberto Puente por Bandera y pasó a jugar con dos puntas pero lo cierto es que en ningún momento llegaron a conectar. El Somozas, muy cómodo atrás, seguía buscando los balones largos tratando de matar el partido en lo que era un dominio absoluto de los locales, que aún así pecaban demasiado de juego horizontal y escasa verticalidad al carecer de un enganche que tomara la responsabilidad.

Y al final, como todo parecía predestinado para ello, fue el Somozas el que se encontró el premio gracias a una genialidad de Héber, que le tiró un caño a Cristian y ganó en velocidad a Víctor para batir por bajo a Javi y demostrar una vez más que este verano será uno de los jugadores más codiciados por los equipos de la zona alta de la tabla.

A partir de ahí, todo estuvo en contra para el Astorga. Pepe Calvo tomó una decisión más que polémica quitando a Taranilla, hasta ese momento el mejor del partido de largo, lo que le valió algún pito entre la grada. Y es que eso se notó en el juego maragato, que no encontró en Marcos el timón del centro del campo y poco más que dejó pasar los minutos con más intención que hechos.
Al final, una ocasión perdida de sumar para acercar la permanencia y la intranquilidad que supone afrontar una visita como la de la próxima jornada al líder en una situación más que difícil, y es que los maragatos podrían sumar su tercera derrota consecutiva y entrar de nuevo en los puestos de descenso aunque con muchas menos jornadas por jugar.

Ya no hay margen de error y ahora sí que sí, cada partido es una final. Tres partidos ganados te salvaban y tres perdidos te metían en un problema que el Astorga ya tiene y del que debe salir lo antes posible.
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