El Ademar llega demasiado tarde al partido

El equipo leonés, lastrado por un pésimo inicio en el que llegó a estar seis goles abajo, se puso a un gol en la segunda parte pero no llegó nunca a empatar y acabó cayendo con Aranda

Jesús Coca Aguilera
21/04/2016
 Actualizado a 01/09/2019
Juanjo Fernández se cuela entre los defensores del Aranda. | JAVIER QUINTANA
Juanjo Fernández se cuela entre los defensores del Aranda. | JAVIER QUINTANA
La vuelta a Europa sigue encarrilada, pero aún habrá que seguir esperando para sellarla. No aprovechó el Abanca Ademar la ocasión de dejar vista para sentencia su presencia entre los cuatro primeros al caer derrotado (34-30) en su visita al quinto clasificado, el Villa de Aranda, en un choque marcado por el mal arranque de partido de los leoneses.

Llegó demasiado tarde al encuentro la escuadra ademarista y acabó pagándolo, pues cuando apretó el aceleradory se puso remontar los cinco goles con los que los burgaleses habían llegado al descanso, sólo llegó a la orilla, a ponerse a un solo gol de distancia, pero sin llegar nunca a empatar y siendo superado en un trepidante e igualado final.

Y es que la salida fue de pesadilla. La portería, ese fiel aliado durante toda la campaña del Ademar, no funcionaba. Prácticamente cada lanzamiento a puerta era gol, por lo que a los 15 minutos Biosca tenía que salir por un Cupara que sólo había detenido 1 de los 11 lanzamientos burgaleses.

Sólo Juanín y Juanjo Fernández sostuvieron en la primera parte a un Ademar sin portería y que ya caía de 5 (7-2) al minuto 10 De hecho, ya antes de eso Guijosa había tenido que pedir tiempo muerto para frenar la sangría, pues en 10 minutos Aranda mandaba por cinco goles (7-2) gracias a las intervenciones de su meta Rangel y a los goles del lateral Oswaldo y el central Padilla, el ‘triunvirato’ que acabaría siendo clave para que los de Jacobo Cuétara se llevaran los puntos.

No redujo antes del descanso la distancia el equipo leonés, pero al menos sí que evitó que se siguiera disparando, siendo el 12-6 con el que Guijosa tenía que gastar su segundo tiempo muerto la máxima diferencia de los locales, que aprovechaban las pérdidas y los errores en el lanzamiento ademaristas para marcar goles fáciles a la contra.

Y, si no fue mayor la herida, fue gracias a Juanjo Fernández. Los arranques de garra del lateral, que sigue creciendo y creciendo cada partido, unidos a su acierto esta vez en el lanzamiento, permitían sumar en ataque a un Ademar que hasta entonces estaba viviendo sólo de los goles desde el extremo o los siete metros de Juanín.

Un parcial de 0-4 en el inicio de la segunda mitad colocó pronto a los leoneses a uno (18-17), pero no pasaron de ahí De hecho entre los dos, pues se iban a vestuarios con cinco ‘dianas’ cada uno, firmaban 10 de los 12 goles leoneses en ese primer acto que terminaban con cinco goles de desventaja.

Sin embargo, en la segunda parte el panorama cambió por completo. La defensa se ajustó, Biosca comenzó a tocar algún balón y con dos contras, un ‘zambombazo’ de Mikel y un gran tanto de Piñeiro, los de Guijosa endosaban a su rival un parcial de 0-4 con el que obligaban a Jacobo a pedir tiempo muerto y se metían de lleno en el choque al colocarse a sólo uno (18-17).

Quedaban 25 larguísimos minutos por delante y el Ademar ya estaba ahí. Lo más complicado parecía hecho. Pero nunca se pudo rematar. Hacían la goma los leoneses, mas no perdía la iniciativa un Aranda que se plantaba en el ecuador de nuevo con cuatro tantos (25-21) de ventaja.

Era el momento del último tren para la escuadra ademarista. Ya no había margen para más errores. Y, al ritmo que marcaba un Carrillo letal un día más en cada contraataque y lanzamiento, volvían a ponerse a un solo tanto (26-25) a 10 minutos para el final.

Los dos únicos errores en el tiro de Mario yCarrillo, en los 5 últimos minutos a los que el Ademar entró 29-28, claves Enloqueció entonces el choque. Los ataques apenas duraban unos segundos. Cada lanzamiento lejano parecía terminar en gol. El ex ademarista Raúl Nantes y la ‘pesadilla’ Oswaldo se erigían en verdugos con sus lanzamientos; pero Mikel Aguirrezabalaga, apagado y errático hasta entonces, se echaba el equipo a sus espaldas en el momento de la verdad y superaba dos veces consecutivas a Rangel desde nueve metros. El intercambio de goles mantenía el 29-28 llegados los últimos cinco minutos.

El choque estaba en un suspiro y dos errores de los leoneses terminaron por decidirlo. Dos jugadas que, dada la ausencia de margen para errores, fueron decisivas. Primero, tras un paradón de Cupara, Mario López cometía en un lanzamiento claro desde el extremo el que sería su único fallo (un día más estuvo bien y finalizó con tres de cuatro) y que habría supuesto el empate; después, tras devolver los dos de renta Padilla, un siete metros errado por el hasta entonces infalible Carrillo acababa siendo la condena.

De ahí ya no regresaría el Ademar. Porque a la jugada siguiente Moreira recibía en seis metros y marcaba, siguiéndole una pérdida de balón que Muñoz aprovechaba en la contra para colocar el 32-28 ya definitivo con sólo 180 segundos por delante.

La batalla la ganó Aranda. En la guerra por Europa, la ventaja sigue siendo del Ademar. Tres puntos con 8 por jugarse. Sigue faltando rematar la faena.
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