El Abanca Ademar pone la directa a tiempo

Los leoneses, a remolque de un Anaitasuna liderado por Costoya hasta el minuto 47, dan la vuelta al choque con las paradas de Biosca, un Carrillo imperial y un gran Zildzic

Jesús Coca Aguilera
22/05/2016
 Actualizado a 24/08/2019
Juanjo Fernández lanza superando la defensa de Anaitasuna y con Javi García pidiéndola en seis metros. | DANIEL MARTIN
Juanjo Fernández lanza superando la defensa de Anaitasuna y con Javi García pidiéndola en seis metros. | DANIEL MARTIN
Durante 45 minutos, las cosas pintaban mal para el Abanca Ademar.Muy mal. Los leoneses habían ido a remolque desde el primer minuto, nunca se habían puesto por delante en el marcador y no lo empataban desde el 3-3.

Durante la primera mitad, la defensa naufragó y la portería, sobre todo en los nueve minutos primeros con Cupara, no existió. Costoya, que el año que viene será uno de los caballeros del batallón ademarista, era esta vez el verdugo. En sólo 20 minutos llevaba ya cinco goles, y eso que seis de ese tiempo había estado defendido con mixta. Parecía que cada vez que se levantaba desde nueve metros el balón acababa en el fondo de la red.

Pero no era el único problema. Guijosa probaba con Vieyra de inicio, pero se veía que el argentino, que reaparecía tras dos meses KO, no estaba aún para jugar por mucho que forzara. Y de hecho, tras los primeros 12 minutos, ya no volvió a aparecer.

En aquel momento Anaitasuna ya había elevado a cuatro su diferencia (5-9) pese a haber sufrido ya dos exclusiones por parte de la pareja arbitral, muy protestada por los dos equipos.

Anaitasuna cogió ya en el minuto 11 una renta de cuatro goles que llegó a recuperar con el 15-19 en la segunda parte Aún había mucho por delante, pero era momento de empezar a buscar soluciones y alternativas si no querían que el partido se les fuese. Aunque tardaron en funcionar. Guijosa, que había probado de salida con Jaime Fernández haciendo una mixta en las inferioridades, abría aún más una defensa en la que se echaba mucho de menos a Carou y colocaba un 5-1 con Carrillo de avanzado.

Sin embargo, no eran capaces de recortar y el choque empezaba a ir a tirones. Se aproximaba Ademar a dos (8-10) o incluso uno (12-13) cuando Biosca tocaba alguna bola y podía correr al contraataque; pero reaccionaba siempre Anaitasuna para devolver la distancia a cuatro (8-12) o los tres (14-17) con que llegaba al descanso.

Pero tras el paso por vestuarios se vio que algo había cambiado. La defensa del Ademar empezó a funcionar, con Carrillo haciendo mucho daño en el avanzado. Pero ahora era el ataque, muy fluido en el arranque en que el problema era otro, el que no tenía claras las ideas.

Y con eso, el guión se mantenía y Anaitasuna se ponía de nuevo con su máxima renta de cuatro(15-19). No volvería a tenerla ya, porque ahí apretó el Ademar el partido hasta no volver a despegarse más y dar el zarpazo en la recta final.

Se puso a uno (18-19) con un parcial de 3-0 y no se vio afectado por elmazazo que podía haber supuesto la segunda exclusión de un Juanjo Fernández que sin Carou es el indiscutible líder en defensa y que aguantó como un jabato 20 minutos sin bajar la intensidad ni ser expulsado.

Ademar logró, entre el minuto 45 y el 52, un parcial de 7-1 con el que se puso 4 arriba. La renta ya nunca bajó de tres Así comenzó un intercambio de goles que llevaba el choque con el 23-24 a ese minuto 45 en que el Ademar puso la directa. Y aún era a tiempo.

Hubo tres protagonistas principales y dos secundarios que lo provocaron.Uno, por encima del resto, un imperial José Mario Carrillo, sublime en el avanzado e impresionante en ataque, donde acabó con 10 goles de 11 lanzamientos. Pero también Biosca, que se enchufó en la recta final con paradas de muchísimo mérito y en situaciones clave; y un gran Zildzic, que dejó una demostración de cómo un central puede desequilibrar un partido y liderar el juego de ataque pese a no meter ni un solo tanto.

Con esos tres estiletes, más las acciones de un Piñeiro muy luchador y efectivo en seis metros (metió cinco goles en seis tiros) y un Mikel decisivo en su penúltimo choque como ademarista que firmaba cuatro tantos; llegó el vendaval de los de Guijosa.

En un visto y no visto, en apenas siete minutos, el Ademar endosó un parcial de 7-1 que no sólo le permitía dar la vuelta al choque (el 25-24 en el minuto 47 fue su primera ventaja), sino que le colocaba a falta de ocho minutos con cuatro goles de renta (29-25)que se antojaban decisivos.

Y lo fueron. Porque aunque Anaitasuna arriesgó, defendiendo en 4-2 y atacando sin portero aun sin tener excluidos, no llegó más allá de un 33-30 que, a falta de dos minutos, les daba unas esperanzas que fueron efímeras, pues Carrillo metía desde el centro del campo mientras volvían a sacar al portero y con ese gol dejaba visto para sentencia el triunfo y provocaba el jolgorio de la grada.

Al final, triunfo por 35-32 que, unido a la derrota de Granollers, hace que contando con la segura derrota vallesana ante el Barcelona, a los de Guijosa les valga con puntuar en la última jornada ante el Cangas para acabar terceros.
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