Ademar 23 - Sinfín 28: 'Un completo desastre, una derrota justa e inesperada'

Un recién ascendido saca los colores a un espantoso equipo leonés, inferior de principio a fin y que nunca tuvo opciones

Jesús Coca Aguilera
20/09/2015
 Actualizado a 01/09/2019
Piñeiro intenta lanzar tras zafarse de tres defensores del Sinfín. | MAURICIO PEÑA
Piñeiro intenta lanzar tras zafarse de tres defensores del Sinfín. | MAURICIO PEÑA
Ni en el peor de los escenarios se podía llegar a imaginar una derrota como la que este sábado sufrió el Abanca Ademar. Un recién ascendido como el Sinfín, llamado a pelear por mantener la categoría hasta el final, le ‘sacó los colores’ y se llevó la victoria del Palacio de Deportes.

Ya por sí solo, es una sorpresa y un batacazo.Pero la cosa toma tintes más graves por la tremenda contundencia con la que sucedió. De cinco (24-29) acabaron venciendo los cántabros, que cogieron seis goles de renta en un ‘abrir y cerrar de ojos’ ante el desastroso inicio ademarista y supieron mantenerlos hasta el final para lograr con toda justicia el triunfo sin queen ningún momento los leoneses tuvieran opciones reales de remontada.

Naufragó el Ademar, en el que con diferencia fue su peor partido de toda la temporada aun contando los amistosos; y reaccionó la grada, oyéndose ya silbidos cuando en el minuto 22 Guijosa tenía que gastar su segundo tiempo muerto porque el marcador reflejaba un 6-12, y despidiendo al equipo al final con una gran pitada.

Lógica respuesta ante un choque que por momentos sonó a ‘deja vu’. Nuevo equipo y viejos problemas, porque la defensa, ésa que estaba siendo el gran bastión leonés, hizo aguas por todas partes; y la portería, hasta que en el último cuarto de hora Biosca se ‘enchufó’ sin que nadie le acompañara, no veía un balón. Problemas que este sábado le condenaron, pero que la sensación es que no van más allá de un mal día. Pero, lo del ataque estático, se antoja mucho mas preocupante porque tiene peor solución.

Se intuía con la confección de plantilla y en menos de un mes ha quedado demostrado. El agujero en el puesto de central es enorme y ello hace que sea muy complicado que el ataque funcione. En tres partidos de liga, el Ademar no ha pasado de los 25 goles. No es casualidad.

La apuesta de Guijosa por Mikel Aguirrezabalaga ahí es clara. Pero no funciona. No es central y se nota. El juego se basa sólo en lanzamientos desde nueve metros y, para colmo, el conjunto leonés pierde gran parte de las virtudes del vasco, su mejor lanzador y que desde ese puesto, sin poder prepararse la jugada para su lanzamiento, baja notablemente su efectividad. Como Acacio de momento aporta una de cal y cuatro de arena, volviendo a tocar este sábado la versión mala; y Zildzic no es ni siquiera una opción, el problema presenta difícil solución.

Óscar Río y Ernesto lideraron al Sinfín; sólo Juanín, Carrillo, Juanjo y Biosca se ‘libraron de la quema’ en  los leoneses Aunque dicho sea de paso, pocos fueron los ademaristas que se salvaron. Lo hizo Carrillo por su labor en el avanzado, pues fue así como llegaron los momentos del Ademar; Juanín y su efectividad en siete metros y destellos en ataque, incluido un tremendo gol de rosca tras saltar desde la misma esquina sin ángulo que levantó al pabellón; las ganas y valentía de Juanjo Fernández que reapareció tras su lesión, y las paradas de Biosca en la recta final.

El resto fue la nada. Carou, Piñeiro y Vieyra estaban siendo choque tras choque de lo mejor. Esta vez, el argentino se vio superado en defensa y sin acierto en ataque, el gallego empezó bien pero se contagió del nivel general tras el descanso y el argentino estuvo negado en el lanzamiento. ¿Cupara? No veía un balón. ¿Tot y Huerta? Desaparecidos. ¿Y Leo Santos? Pues un día más, y el listón estaba muy alto, fue el peor precipitándose y errando en ataque, y sin encontrar su sitio en defensa. Y eso sí, si en un día como éste Rodrigo Pérez no tuvo ni un minuto, cuesta pensar una situación en que se cuente con él.

En definitiva, un día para olvidar del Ademar, que además se encontró con la ‘venganza’ de un ex como Ernesto Sánchez. Sensacional bajo los palos estuvo el portero que durante muchos años jugó en la cantera del Ademar, no llegando a jugar en el primer equipo porque por aquel entonces estaba gente como Saric o Alilovic, y que amargó la tarde a los lanzadores ademaristas.

El Ademar, que perdía 6-12, llegó a ponerse a uno al filo del descanso, pero se volvió a desconectar después de él Junto a un Óscar Río sobresaliente en la dirección, la receta perfecta para la derrota, pese a que al filo del descanso parecía que la cosa se iba a arreglar a tiempo y a quedar en un mal inicio. Porque, tras el citado 6-12, llegó la reacción. Ayudados por un par de discutibles decisiones arbitrales, los leoneses lograban un parcial de 7-2 con el que reducían la renta a solo uno (14-15).

Había llovido mucho y, en un visto y no visto, los leoneses ya estaban ahí. Pero resultó un espejismo. Con uno menos, en lo que fue una costumbre pues el Ademar no sacó nada de partido a las superioridades, el Sinfín marcaba, yéndose 13-15 al descanso y manteniéndose tras él un intercambio de goles hasta que, con el 17-19, llegó la escapada definitiva con un parcial de 1-4 que le ponía otra vez cinco arriba (18-23) con quince minutos por jugarse.

Las penetraciones de Alejandro Álvarez, la labor y efectividad de Herrero en seis metros y la ayuda de Postigo y Calderón tuvieron su premio. Porque tres señalizaciones de siete metros y penalti seguidas les permitieron, aunque Biosca paraba dos de ellos, recuperar la máxima renta de seis (20-26), que a esas alturas era ya insalvable.

Buscó la heroica el Ademar con una defensa individual pero, aunque hizo daño y permitió llegar a colocarse con 22-26 y posesión a falta de seis minutos, no sirvió para lograr el milagro. El partido había sido un completo desastre. La derrota, inesperada pero justa. Ahora toca levantarse.
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