Flórez resalta que «era imposible que se abriera en el último semestre de 2018, tal y como anunció el PP, porque no había dotación presupuestaria y tampoco una nueva orden para que cambiara de estatus». Esto hacía imposible por tanto que se pudieran contratar a las personas necesarias para llevar a cabo las labores de las que se había hablado, tanto para el cuidado como para las labores de investigación sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Por tanto, si se respeta este proyecto de CRE de Atención a Personas en Situación de Dependencia, el centro tendrá en total 30 plazas de día y otras tantas en régimen de ambulatorio, y en él se darán «servicios de promoción de la autonomía personal y la autodeterminación, que incluyen atención sociosanitaria, cuidados de la salud, atención social, atención psicológica y terapia ocupacional», según se explica en la orden publicada en el BOE en 2015.
También se establece que la estancia máxima en el centro será de 18 meses, aunque se podría prolongar de forma excepcional, y las solicitudes para entrar en el CRE tendrán que ser por medio del Imserso.
Atención a la «otra realidad»
Y ante los vaivenes de la Ciudad del Mayor, un colectivo queda ahora huérfano: las personas con autismo. Por este motivo, la diputada de Unidos Podemos por León, Ana Marcello, explica que «esta otra realidad» sea también atendida con un centro como el que había planificado el PP y «no se quede atrás esta idea». Marcello también especifica a este periódico que su formación siempre ha apostado por «una gestión pública» del edificio independientemente del uso definitivo que se le dé, además de mostrar su «voluntad» para llegar a acuerdos con el Gobierno para la puesta en marcha del centro.