León se engancha al surtidor

La ciudad suma ya ocho gasolineras urbanas en una amplia red de abastecimiento

D.L. Mirantes
29/12/2014
 Actualizado a 11/09/2019
El punto de repostaje de Padre Isla (I) que se trasladará a Saenz de Miera (D) | MAURICIO PEÑA
El punto de repostaje de Padre Isla (I) que se trasladará a Saenz de Miera (D) | MAURICIO PEÑA
Tras años de litigio con la empresa petrolífera, uno de los espacios más misteriosos de la ciudad y más desaprovechados recibirá finalmente el surtidor de gasolina para el que estaba reservado. Las vallas de Sáenz de Miera dejarán de formar parte del paisaje de la ciudad con el traslado de la instalación de la avenida Padre Isla al entorno del Palacio de los Deportes y la estación de autobuses. Con esta permuta, la capital completa una red de gasolineras urbanas que ha pasado de la escasez a la abundancia de oferta.

La histórica gasolinera de San Francisco ya no es la única opción para repostar en el casco urbano y en unas semanas entrará en funcionamiento la última de las estaciones de servicio, que se está construyendo en la calle José María Suárez González, para atender a los usuarios de la ronda interior, una de las vías con mayor afluencia y que canaliza una parte muy importante del tráfico interno de la ciudad. Con su apertura serán ocho las gasolineras urbanas con actividad en León, dos de ellas situadas dentro de las parcelas de sendos centros comerciales (la de la esquina de Carrefour y la anexa a Espacio León).

Lejos quedan ya las intenciones municipales de sacar los surtidores del casco urbano, cuando el Equipo de Gobierno PSOE-UPL pretendía eliminar los servicios de Padre Isla y San Francisco para fijar cuatro puntos principales de repostaje en los accesos a la ciudad: en la carretera de Asturias, en la de Villarroañe, en la salida hacia Valladolid y en el entorno de Mercaleón.

El documento principal a tener en cuenta para valorar la instalación de gasolineras es el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pero su actividad también va ligada a la concesión de las licencias por parte de la autoridad municipal. El otro pilar legal en el que se apoyan los actuales negocios de venta de combustible se encuentra en la normativa de liberalización de servicios del 2009, para adaptarse al marco legal europeo.
En cuanto a los conflictos con los vecinos de las zonas en las que se encuentran asentadas las instalaciones, la Asociación de Vecinos Área 17 sí presentóbatalla en su día para impedir la construcción de la gasolinera anexa al centro comercial Espacio León.

Los vecinos se organizaron para recoger firmar porque consideraban que la gasolinera entrañaba un riesgo por estar muy cerca de las viviendas, suponía la pérdida de un espacio verde y de plazas de aparcamiento y que el Ayuntamiento no les había dado audiencia para tratar el tema como consideraban oportuno.

En el resto de los casos, apenas ha habido beligerancia por parte de los residentes en la zona. En el particular de la última gasolinera construida, en el polígono de San Pedro, en el sector de la instalación aún no hay edificios residenciales levantados lo que limita la posibilidad de que su construcción genere críticas.Por otra parte, grupos ecologistas sí han cargado contra la proliferación de las gasolineras urbanas. Alertan de los riesgos de que se produzca una explosión en el proceso de vaciado y llenado de los camiones cisterna que dan servicio a los depósitos, opinan que el subsuelo y los acuíferos pueden resultar dañados en caso de eventuales fugas de combustible y, por último, cargan contra la mayor emisión de vapores que supone la existencia de un número mayor de surtidores.

En este sentido, existen estudios económicos que aplaueden la proliferación de puntos de repostaje en los núcleos urbanos. Según los expertos, el aumento de la competencia puede motivar la reducción de los precios, puesto que los propietarios de las gasolineras ‘libres’ (las que no están ligadas a ninguna gran compañía petrolífera) tienen libertad para decidir los precios de venta al público. Las diferencias pueden resultar notables, pero siempre están lastradas por la gran carga de impuestos sobre el productor, que reduce los márgenes de beneficio para los propietarios de los negocios y evitan que los precios puedan bajar aún más. Lógicamente, a esto también hay que unir las oscilaciones del precio del petróleo en los mercados nacionales, uno de los mayores condicionantes del precio de los carburantes.

En resumen, en una década se ha pasado de voluntad de sacar las gasolineras del núcleo urbano de la capital leonesa a contar con ocho gasolineras, que no solo incluyen surtidores, sino también trenes de lavado, baños, tiendas o cafetería. Una oferta integral para que el usuario pueda elegir en una ciudad enganchada al surtidor.
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