"Ya no somos tan solo ayudantes"

Este jueves se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, una fiesta que no es de guardar porque a muchas les toca trabajar en el campo, un sector en el que poco a poco consiguen su reconocimiento no exento todavía de reivindicaciones

L.N.C.
15/10/2020
 Actualizado a 15/10/2020
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN
En la provincia de León viven 102 mujeres cotitulares de una explotación agrícola o ganadera. La cifra contrasta con las miles de explotaciones de una y otra actividad que se reparten por todo el territorio. La burocracia va muy por detrás de las circunstancias que se viven en los pueblos, donde las mujeres poco a poco han ido ganando visibilidad y reconocimiento, aunque queda mucho camino por andar. A los obstáculos generales que puedan encontrar se suman los del propio medio y ahora la pandemia de coronavirus o Covid-19.

Pero eso no frena a miles de leonesas –de natura y de adopción– que dan vida a localidades remotas y que con pasión hacen que su día a día dé sentido a la palabra rural. Hoy se celebra el Día de la Mujer Rural y en sus voces se descubren las luces y sombras de estas fechas.

Intermediarios


Victorina Casado, agricultora en Alija del Infantado, asegura que el papel de la mujer en el campo está «empezando a cambiar. Ahora estamos teniendo más visibilidad, las mujeres se dan de alta y cada vez más figuran como parte principal, pero eso es ahora, porque hasta hace poco figuraban siempre como ayudantes». Eso sí, todavía cree que queda mucho por avanzar a todos los niveles. Reivindica que los precios «sean superiores a los costes de producción», porque si bien durante la pandemia los trabajadores de este sector demostraron ser totalmente esenciales, «los precios los siguen marcando los intermediarios».

Ni tiempo para el Covid


A propósito de la pandemia, la ganadera Idoia Sandoval, de Villanueva de Pontedo, aporta su particular visión: «¿El Covid? Los ganaderos no tenemos tiempo ni para cogerlo. Estamos en un lugar mínimamente poblado, lo que ayuda, y cumplimos con las normas que se nos pide. Lo que ocurre es que el Covid también tapa todos los demás problemas de los que hemos hablado».

"Todos los días, todos los años"«Parece que esto de la mujer rural es algo nuevo, mujeres que se implican ahora con proyectos en sus pueblos, pero las mujeres han estado detrás de todas estas actividades desde siempre, en las huertas, con el ganado, siempre han sido las que han estado ahí, eso sí merece reconocimiento.. asique no sé porqué aun hay a quien le parece raro que una chica ponga en marcha una explotación, o haga vino... todo eso hay que normalizarlo y valorarlo». Nerea Rodríguez tiene claro que el Día de la Mujer Rural debería ser todos los días del año y todos los años de la vida... desde siempre. Ella es apicultora. Junto a su pareja, Carlos Fernández, gestiona el proyecto 28 Lunas Miel y Cerveza Castreña, una iniciativa emprendedora que nació en la tierra de ambos, el emblemático y montañoso Valle de Fornela, donde el Bierzo roza con Asturias. «Toda la gente del valle de Fornela es una apasionada de su tierra y teníamos claro que queríamos apostar por ella». Hace casi dos años que decidió dejar su empleo de teleoperadora para implicarse ya de lleno en el proyecto que Carlos había puesto en marcha hace cinco años, en el que ella colaboró activamente desde el inicio compaginándolo con su empleo, pero que ya crecía de forma importante y precisaba más dedicación. «Todo empezó en el pueblo de Chano, con dos colmenares y luego fue creciendo. Pasamos por algunas dificultades, porque no todo es de color de rosa, tuvimos que trasladar parte del proyecto a otro lugar del Bierzo, teníamos claro que queríamos que fuera en otro pueblo y ahora estamos también en Carucedo con otra sala de extracción y la fábrica de cerveza», una cerveza con toque de miel que ha conquistado ya muchos paladares y que tiene ya una versión con lúpulo en verde, propio, cultivado en la comarca. Llevan, además, once colmenares por todo el Bierzo.Y es que este año, pusieron en marcha la primera parcela experimental de lúpulo con once variedades de lúpulo americano y autóctono «y estamos muy contentos porque ya hemos tenido producción». El handicap de este año, como para todos el mundo, la pandemia de covid-19. «Con la miel no nos podemos quejar. Hemos podido atender las colmenas durante el confinamiento y cuando la gente piensa en cuidarse, siempre tiene e cuenta la miel». Con la cerveza sí ha sido más difícil, al cerrar durante semanas el estado de alarma los bares y restaurantes y al no haber eventos en los que solían participar, ferias, bodas con sus cañeros de cerveza artesana.... «pero hay que reinventarse y seguir hacia adelante», como siempre han hecho los fornelos.Idoia SandovalGanadera de extensivoVillanueva de Pontedo«Me parece bien lo del Día de la Mujer Rural y todo lo que contribuya a visibilizar problemas, colectivos marginados y marginales y lo que corresponda, perfecto, pero no me puedo abstraer a la realidad que se enfrenta a esas celebraciones», reconoce Idoia que sabe que mientras que hoy se celebra este día, ella como mujer rural ve «cómo siguen destruyendo todo lo que hay alrededor, nuestro único patrimonio». «No es por hablar, la Mina prerromana de la Providencia, una joya, se hunde de manera irreversible; unas empresas ‘desconocidas’ hacen prospecciones no se sabe muy bien para qué, además de cobrar subvenciones, y muy cerca se asoman las aspas de esos parques eólicos. Estamos destruyendo la naturaleza, lo único que nos queda, y todo el mundo mira para otro lado».Vanesa PradoGanadera de OvejasEntre Cofiñal y Gordaliza del PinoVanesa recibe la pregunta sobre el Día de la Mujer Rural con un «Uf, ¿sabes de lo que estoy al tanto? De que empiezan las ovejas parideras y hay que estar muy atenta a eso, que es lo que nos da de comer». «De las celebraciones y esas cosas la mayoría de las veces me entero por las niñas, que lo hablan o celebran en el colegio, que en Gordaliza del Pino son muy activos con todas estas cosas, que estarán muy bien pero la vida de la mujer rural va por otros caminos y deberían hacernos más caso y no mirar solo para los pueblos para venir a esconderse, como ocurrió ahora con lo del Covid, que muchos parecieron descubrir que existíamos», reconoce esta mujer cuyo calendario mueven sus animales y no las efemérides. Lucía, Rosa y Araceli
Ganaderas
Palazuelo de Torío
Lucía, Rosa Alonso y Araceli Méndez son tres generaciones de ganaderas en Palazuelo de Torío. La ganadería siempre ha sido el medio de vida y el que les provoca la primera reflexión: «¿Celebrar el día de la mujer rural? No tenemos tiempo, no se puede descansar ninguno de los 365 días del año para dedicarse a esto, otra cosa que haya algunos pasteles en casa».

Esta reflexión no quiere decir que estén en contra de la celebración, todo lo contrario. «La abuela Araceli estas cosas no las conoció en activo, nosotras sí y nos parece muy bien que se celebren pues motivos para las reivindicaciones sobran, somos un colectivo muy olvidado en el mundo rural; y no hablamos de nuestra casa en la que se podría decir que es un matriarcado, siempre se escucha a la abuela y su experiencia y se decide con la opinión de todas las mujeres de la casa».

Y habla de un ejemplo de esa diferencia entre la casa y el mundo rural. «A nosotras, si salimos después del trabajo nos gusta arreglarnos, aunque sea a dar un paseo por el pueblo. Un día nos cruzamos con alguien que le preguntó a la abuela, ¿usted será la maestra? Ya le dijo ella, ‘sí, de tirar por la rastra por las atierras arriba». Tres generaciones que desde el Torío no han hecho otra cosa que no sea trabajar por el futuro del pueblo y el de la propia familia, cuidando de cuantos las han necesitado. Mujeres rurales hoy, 15 de octubre. Y todo el año.

María Jesús
Horticultora
Fresno de la Vega

María Jesús lleva desde los 19 años en la plaza (el mercado tradicional de miércoles y sábados) y en el mercado de Colón. Atiende a la clientela con la misma dedicación que cultiva los pimientos de Fresno de la Vega, la misma pasión con la que reivindica mejor trato por parte del Ayuntamiento. Reclama al alcalde, José Antonio Diez, que permita mover a Guzmán el mercado de Colón, ahora situado en Papalaguinda. «Con el cambio hemos perdido más clientela que con la pandemia, muchos fruteros ya no van», afirma con rotundidad. El confinamiento perimetral no ha ayudado, ha perdido unos cuantos clientes de Asturias, que siempre acudían en estas fechas.

Su reclamación llega desde la experiencia y el trabajo duro que ha sacado adelante durante décadas. «Toda la vida me ha gustado la plaza», asegura y reconoce que el trabajo agrícola «es mucho mejor que antes».

Quizás sea ese bagaje lo que le da el aplomo para recordar al alcalde que luego aparecerá a pedir el voto, para pasar el verano de la pandemia «sin salir de la tierra» y para hablar a las claras a mujeres y hombres que como ella quieran ligar su vida al pueblo. Sabe que «la gente joven no lo quiere y está decadencia», que «muchos no tienen ganas de trabajar», pero aún así, «si no tienen una carrera, pueden trabajar bien aquí y ser empresarios, pero que espabilen, que lo van a pasar muy mal, porque nosotros vinimos de lo malo para lo bueno, pero ellos van para peor». En un Día de la Mujer Rural marcado por la pandemia, se puede decir más alto, pero no más claro.

Información elaborada por Fulgencio Fernández, Teresa Giganto, Patricia Ferrero, Diana Martínez y D.L. Mirantes.

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