Una ruta por las pinturas rupestres del Bierzo

Peña Piñera es una ruta cuyo yacimiento arqueológico de primera magnitud algunos desaprensivos no saben respetar

Vicente García
18/10/2019
 Actualizado a 18/10/2019
Mirador de Peña Piñera. | VICENTE GARCÍA
Mirador de Peña Piñera. | VICENTE GARCÍA
Las rutas van siendo tomadas en serio por empresas y ayuntamientos que ven de este modo una forma de poner en valor los recursos que poseen. En muchos lugares hay vestigios históricos o espacios con encanto de cualquier tipo que a los que los visitan les gusta ver y admirar y eso hace que esas personas sigan durante más tiempo en esa localidad.

Y un claro ejemplo es el ayuntamiento de Vega de Espinareda, que ha limpiado y señalizado una serie de rutas, poniéndolas en valor en distintos puntos del municipio para que los que lo deseen puedan realizarlas. La ruta que se trae aquí y ahora es parte de una ruta lineal propuesta para conocer el Castro y las pinturas rupestres y que finaliza en Valle de Finolledo. Sin embargo se propone una más sencilla, ya mencionada por Francisco A. Ferrero en estas mismas páginas, aunque con pequeñas variantes.

Es preciso decir que la ruta se encuentra muy bien señalizada y se debe seguir siempre los caminos sin adentrarse en el bosque o entre los matorrales sin una vereda y se debe cuidar al máximo y respetar los valores naturales que se encuentren.


Desarrollo de la ruta


Comienza la ruta en la localidad de Sésamo, en la carretera donde existe un cartel que señala la ruta hacia las pinturas rupestres desde donde hay que dirigirse hacia el Oeste siguiendo las indicaciones de la ruta. Se llega a un estanque y después hay otro cartel que señala en distintos colores las diferentes rutas que se pueden seguir. Hay una directa al Corral de los Lobos, pero la propuesta es seguir por una amplia pista que va bordeando las lomas con vistas espectaculares hacia la Peña Piñera, una franja rocosa bastante larga bajo la cual se encuentran las pinturas. Se sigue durante más de tres kilómetros hasta llegar a un gran círculo de piedras llamado «Corral de los Lobos», una antigua trampa para cazar lobos diferente a los chorcos de otros lugares de la provincia, donde se también hay un merendero con agua fresca. Desde este punto se sigue en dirección Sureste por un camino algo más estrecho señalizado también como yacimiento arqueológico, hasta llegar al mirador desde donde se puede contemplar todo el valle del Cúa, Vega de Espinareda, Fabero y las montañas de Peranzanes y Fornela, donde nace el río.

El respeto por el pasado debe ser un valor a considerar y no dañar unas pinturas que llevan ahí miles de años Se sigue hacia el fondo y cuando los caminos comienzan a bajar divididos en dos ramales, se baja hacia la izquierda y llegando a la parte baja del farallón sigue una desviación a la izquierda y tras unos pasos se ve el montaje que se ha llevado a cabo para poner en valor las pinturas rupestres de carácter esquemático que se pueden ver y se deben respetar aunque se vean intervenciones absurdas que dañan el yacimiento, lo que no se ve en ningún otro país. El respeto por el pasado debe ser un valor a considerar y no dañar unas pinturas que llevan ahí miles de años. Hay pasarelas de madera y paneles explicativos en diferentes puntos del yacimiento.

El recorrido por las pinturas es de poco menos de medio kilómetro y se van viendo diferentes formas y dibujos. Es interesante volver a verlas por si se ha pasado alguna y haciendo el recorrido inverso admirarlas y recrearse con ellas considerando su valor, sin hacer nada que pueda perjudicarlas.

Al volver a subir se toma el camino que baja hacia la izquierda en dirección Sureste, que tras varios giros llega de nuevo a la localidad de Sésamo, tras un recorrido en el que se han conocido vestigios de épocas tan remotas y que se deben cuidar. Al llegar a Sésamo se vuelve a la carretera finalizando de este modo la ruta.
Archivado en
Lo más leído