02/08/2021
 Actualizado a 02/08/2021
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«Este es un año de cansancio. Verdaderamente es un año muy viejo». Decía nuestro Antonio Gamoneda en un poema de ‘Descripción de la mentira’. De verdad que esta pandemia del coronavirus nos está dejando a todos turulatos. Los nuevos jefes del PP promoviendo un leonesismo nuevo que consiste en reclamarlo todo menos la autonomía; los del nuevo PC que no quieren que comamos carne; y un PSOE que camina a lomos de la contradicción en sí misma. Y unos ciudadanos, ‘esnortados’ con esto de la flojera venial del pánico a contagiarse.

¿Y usted, qué propone? Que exijamos la autonomía, que comamos cecina y que nos orientemos por la estrella polar de la economía, que es la que más alumbra en el hemisferio rural. Y eso, partiendo de una base meramente poética, que es la única que es seguro que prospera en nuestra tierra leonesa. De todas formas, mejor poner de lectura obligada aquel cuento de nuestro Luis Artigue en ‘Las perlas del loco Ventura’ donde cuenta lo de un tal Talio, al que diagnosticaron cáncer de imaginación y se curó leyendo todo lo habido y por haber en la biblioteca de Don Sabino (suponemos que Sabino Ordás, ya que el cuento está dedicado a nuestro Juan Pedro Aparicio).

Turulato decía la madre del cronista, Paula, (de Valdehalcón por más señas) que estaba Melino, aquel infeliz que llegaba al pueblo periódicamente y lo recorría de arriba abajo metiendo miedo a las niñas que encontraba por la calle y que lo confundían con el hombre del saco; ya saben, lo que viene siendo alguien de la Junta de Valladolid o del gobierno de Sánchez, cundo visitan León y no quieren ver a nadie de los suyos para que no reclamen nada. «Tengo tres años para joderte».

Y el cronista, que también anda un poco turulato, se sale de su biblioteca leonesa y acude a Hölderlin y encuentra un poema titulado ‘Mitad de la vida’ que dice: «Ay de mí, ¿dónde podré coger / cuando el invierno llegue, /flores, y dónde / el rayo de sol y la sombra en la tierra? / Se alzan muros, / silenciosos, helados, y en el viento / chirrían las veletas». Lo que traducido a nuestro interés viene a quejarse de una soledad desapacible y artera que es lo que nos viene atenazando, y acobardando, ante esta otra pandemia de no echarle, definitivamente, un pulso a esta situación de angustia en la que nos vemos inmersos, y revertiresta provincia vacía, devolviéndola a donde le corresponde por historia, por situación, por capacidad, y por ley, y sin complejos, ni engaños. ¿O es que estamos turulatos?
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