León se viste "de negro y morado" en el Viernes Santo

San Juan vuelve a inclinarse ante la Madre Dolorosa bajo la mirada atenta del Nazareno y en compañía de la Cofradía del Dulce Nombre

María Herrero y Laura Pastoriza
29/03/2024
 Actualizado a 29/03/2024
https://youtu.be/GPz6CYagJl0

El Viernes Santo amanecía gris en la capital leonesa, un tono que en ningún momento ha conseguido reflejar tristeza, sino todo lo contrario. Después de varios días de lluvia —que provocaron la cancelación de varias comitivas— la procesión de Los Pasos podía salir puntual de la capilla de Santa Nonia después de que las previsiones meteorológicas cambiaran por enésima vez en esta inestable Semana Santa.

La fe y la tradición regresaban un año más a la plaza Mayor de León después de recorrer algunas de las calles del Casco Histórico de la capital a hombros de los papones de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Allí se encontraban miles de leoneses que hacían frente al frío con abrigos y mantas para esperar la llegada de los trece pasos que conforman una de las procesiones más emblemáticas de la Pasión Leonesa. Y así, entraba primero la Oración en el Huerto en la plaza, seguida de el Prendimiento, la Flagelación, la Coronación de Espinas y el Ecce Homo.

Más tarde hacía su aparición la figura de Nuestro Padre Jesús Nazareno, este Viernes Santo acompañada del Cirineo, y también de la Agrupación Musical del Dulce Nombre. Esta es la imagen que observa atentamente el Encuentro entre San Juan y la Madre Dolorosa aunque, en esta ocasión, lo ha hecho desde la distancia. Unas cuantas hileras de sillas con público separaban al Nazareno del Encuentro de los otros dos tronos protagonistas en la procesión de Los Pasos. 

Continuaba la comitiva con la Verónica, el Expolio, La Exaltación de la Cruz, la Crucifixión y el Santísimo Cristo de la Agonía para dar entrada a los dos últimos pasos de la procesión, no sin antes escuchar el sermón de Luis García, Vicario General de la Diócesis de León. Sus palabras recordaban este día importante, "viernes de Encuentro y reencuentro, viernes de luto y esperanza", y también "viernes de negro y morado", los colores del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. El sermón del Vicario invitaba a las promesas y la confianza, "con la mirada puesta en el cielo como único consuelo".

Poco antes de las diez de la mañana, casi tres horas después de la salida desde Santa Nonia, hacían su aparición en la plaza la Madre Dolorosa que llegaba por la calle Santa Cruz, y San Juan, que lo hacía por la calle Plegarias. Se han encontrado a las puertas del Antiguo Consistorio y ante la devoción de todos los asistentes y los cofrades. Poco después, bajo las notas de 'Orando al cielo' y minutos antes de la hora en punto, San Juan ha hecho la genuflexión ante la Madre Dolorosa entre aplausos del público, la compañía de los trece pasos que se mecían esplendorosos y la emoción de sus cofrades, en un acto que cuenta con una mención especial en la Declaración de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa de León. Los braceros de San Juan y la Virgen también se han reunido y abrazado para, después, continuar su comitiva hacia Santo Martino.

El Viernes Santo amanecía gris en la capital leonesa, pero El Encuentro ha iluminado el cielo de esperanza y devoción.

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