Rápido de Bouzas 2 - 2 Ponferradina: 'Cada vez más lejos'

La Deportiva empató ante el Rápido de Bouzas en un partido en el que los bercianos se adelantaron hasta dos veces en el marcador / Tercera jornada consecutiva sin ganar

A. Cardenal
24/02/2019
 Actualizado a 14/09/2019
Isi, durante el partido ante el Rápido de Bouzas. | PEDRO SEOANE (RÁPIDO DE BOUZAS)
Isi, durante el partido ante el Rápido de Bouzas. | PEDRO SEOANE (RÁPIDO DE BOUZAS)
La Ponferradina sigue desinflándose. El conjunto berciano no pudo pasar del empate ante el Rápido de Bouzas (2-2), un rival que venía de cosechar tres derrotas consecutivas y que los errores de los blanquiazules se encargaron de resucitar.

Y es que la Deportiva cada vez está más lejos de ser aquel equipo que encadiló a todos a principio de temporada. De aquel bloque sólido y letal de las primeras jornadas solo quedan algunos destellos –como el instinto goleador de Pichín–, insuficientes para mantener el ritmo que exige el ‘playoff’.

En el Baltasar Pujales se volvió a ver una Ponferradina insegura por momentos y que solo en el último tramo, ya a la desesperada, logró superar claramente a los locales.En dos ocasiones se adelantaron los de Jon Pérez Bolo en el marcador y dos veces logró poner las tablas un Rápido de Bouzas al que le bastó el guante de Mouriño a balón parado y la inseguridad de la zaga blanquiazul para poner fin a su sequía.

¿La Deportiva? En caída libre. La tercera jornada consecutiva hunde a la escuadra berciana hasta la séptima plaza, aunque el tropiezo del Sanse permite que el cuarto puesto siga a solo dos puntos, una distancia más que recuperable que en cualquier caso puede ser insalvable si continúa la deriva de las últimas semanas.

Viejos conocidos


La Deportiva se plantó en el Baltasar Pujales sin Jon García ni Yuri, dos pesos pesados que dejaban huérfano al conjunto berciano en un partido vital para no descarrillar. Para paliar su ausencia, Jon Pérez Bolo apostó por Kaxe y Trigueros, que junto a Sielva volvían al estadio que marcó un antes y un después en su carrera en un año histórico al que solo le faltó la guinda del ‘playoff’.

Dice el refranero que no hay peor cuña que la de la misma madera y Bolo, en un campo especialmente hostil para los que no saben adaptarse a sus peculiaridades, dio galones a quienes mejor lo conocían.

Los bercianos salieron con las ideas muy claras y la lección bien aprendida. Tanto Kaxe como Isi y Pichín llevaron la presión hasta el área rival y convirtieron cada balón dividido en una amenaza para la zaga local mientras en defensa la consigna era clara: minimizar los riesgos y apostar por lo fácil.

Pero también hubo oportunidades para brillar. Gazzaniga, que en las últimas semanas había sembrado algunas dudas, se resarció volando para sacar de la escuadra un disparo de falta de Mouriño, una parada de la que surgió el gol berciano.

La Deportiva armó un contragolpe rápido y no perdonó el lento repliegue de los vigueses. Pichín se lo guisó y Pichín se lo comió. El extremo se plantó en la frontal del área y adelantó a los blanquiazules en el marcador con una rosca ajustada al palo.

Pero no iba a ser tan fácil. El colegiado despertó a la Ponferradina de su arranque soñado –un gol tempranero ante un rival hundido en la tabla y con muchos problemas de cara al gol– con un penalti que, como mínimo, fue muy riguroso. Diego Diz no perdonó desde los once metros y los bercianos acusaron el mazazo.

Y volvieron las dudas. Con las tablas, la chispa que había mostrado en los primeros compases de partido se apagó y regresó la versión más gris.

El Rápido empezó a creer en la remontada y por momento logró encerrar a la Ponferradina en su propio campo, un asedio con el balón parado como principal arma que evidenció una vez más el mal momento de Zabaco, que cometió el penalti y estuvo inseguro durante todo el choque.

Intercambio de golpes


Cuando peor estaba la Deportiva llegó el tanto de Isi. Si Pichín se fabricó el primero, el murciano hizo lo propio con el segundo. El extremo forzó un penalti tras revolverse en el área y sin Yuri en el césped, transformó la pena máxima con mucha seguridad.

El tanto devolvió la tranquilidad a la Ponferradina hasta que, ya en la segunda mitad, Zabaco y Mouriño volvieron a equilibrar la balanza. El central, en una jugada sin aparente peligro, se pasó de frenada y provocó una falta que el jugador gallego, que ya había rozado el tanto en el primer acto, volvió a poner en la escuadra sin que esta vez Gazzaniga tuviera margen para el milagro.

Con media hora para evitar un nuevo tropiezo, Bolo no especuló. El técnico apostó por Donoso y Bolaños y la Ponferradina ganó mordiente en ataque. Al ariete colombiano solo le faltó el gol. Pese a la falta de rodaje, no se escondió, luchó cada balón y acarició el tanto hasta en dos ocasiones, pero el travesaño y Brais evitaron que se convirtiera en el héroe de la tarde y no pudo rescatar a una Deportiva cada vez más lejos de su mejor versión.
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