Puerta a las montañas, ventana al arte ancestral

Vega de Espinareda: El pulpo y el churrasco se mantienen fiel a su cita los días 1 y 15

Diana Martínez
20/11/2019
 Actualizado a 20/11/2019
San Andrés, desde su perspectiva menos habitual, fotografiado por Joaquín González para el concurso de la Rbale.
San Andrés, desde su perspectiva menos habitual, fotografiado por Joaquín González para el concurso de la Rbale.
Siempre se habla de Vega de Espinareda como la puerta al valle de Ancares. Su situación de punto de partida hacia los genuinos parajes de la montaña berciana le permitían ser lugar de interés para los turistas enfocados hacia esa naturaleza auténtica.Pero cada vez más, y aun con todas las garantías de ser parte de esa Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, Vega quiere ser algo más que la puerta de entrada al querido valle vecino y reivindica su lugar en la atención turística por méritos propios.

Las riquezas patrimoniales de Vega están cada día poniéndose más en valor y los proyectos de recuperación del patrimonio hacen que cada vez sean más los puntos de interés para el visitante que se pueden anotar en la guía de este municipio.

Una de las joyas es, sin duda, el monasterio de San Andrés, un complejo con orígenes incierto, cuyos primeros documentos datan del siglo X.La construcción original sufrió diversos avatares y la iglesia que hoy se puede admirar es fruto de diferentes remodelaciones posteriores, pero no por ello pierde un ápice de interés este templo de esbeltas torres y un claustro formado por siete arcos a cada lado que es posible visitar y conocer en detalle.

Y si de patrimonio histórico hablamos, no es posible ya dejar de lado un enclave que este mismo verano ha comenzado a ver la luz. Es el castro de Peña Piñera, que ha comenzado a ser excavado y promete gran des cosas en el futuro. Su entorno está vinculado a las pinturas rupestres del mismo paraje, entorno a las cuales se pueden hacer rutas de gran interés.

Burbia es otra gran opción para las rutas, así como otras muchas propuestas de senderismo con los caminos carretales que se han recuperado para disfrutar de la naturaleza. El Valle de Finolledo y San Martín cuentan con un área de playa fluvial que hace las delicias de los amantes de la montaña y el río en verano. Del mismo modo la playa fluvial de la cabecera del municipio, Vega, con todos los servicios a disposición del bañista.

Y que no falte la gastronomía. Este punto lo gana el pueblo de El Espino. Como desde hace siglos, el 1 y 15 de cada mes, su feria ofrece como tradición sin par degustar el tradicional pulpo y churrasco, en las calle o en los locales del pueblo, que se llenan de gente para saborear estos manjares con historia.
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