Ponferradina 1 - 1 Ibiza: 'El 'zarpazo' se quedó a medias'

La Deportiva empata ante el Ibiza tras adelantarse en el marcador con un tanto de Enrich en el minuto uno y que Gálvez Rascón anulase un gol en el descuento

Alejandro Cardenal
06/03/2022
 Actualizado a 07/03/2022
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Combate nulo. Deportiva e Ibiza se repartieron los puntos (1-1) en la primera de las finales por el ‘playoff’ que quedan hasta final de temporada en un partido que los de Jon Pérez Bolo encarrilaron muy pronto y pudieron llevarse, una vez más, en el descuento.

No pudo ser. Gálvez Rascón rompió la magia y anuló el tanto de Saverio por fuera de juego posicional de Cristian, aguando la fiesta de una Ponferradina que quería dar un zarpazo decisivo en la clasificación y al final se tuvo que conformar con un punto que sabe a poco, pero permite mantener a raya a sus perseguidores.
El partido tuvo el arranque que cualquier aficionado de la Deportiva habría soñado. En un duelo en el que lo psicológico jugaba un papel fundamental, que mejor manera de quitarse los nervios y la presión que un gol tempranero. Y Enrich no esperó ni a que cantase el gallo.

27 segundos tardó el delantero en abrir la lata. No estaba teniendo fortuna de cara a portería el balear, pero esta vez le sonrió suerte con un disparo que se envenenó tras rebotar en un defensa, despistando a un Germán que no pudo reaccionar.

El tanto de Enrich serenó a un equipo que no quería repetir errores del pasado y estaba dispuesto a aprovechar su ventaja en el marcador para arrimar el ascua a su sardina. Y con Erik Morán de regreso a la medular todo es más fácil. El mediocentro, como Butch Cassidy asaltando caravanas en Wyoming, se hinchó a robar balones y permitió al conjunto berciano encerrar por momentos al Ibiza en su propio área, un dominio que a punto estuvo de encontrar el premio del gol después de que Rubén González casi empujase de forma involuntaria un centro de Ríos Reina.

Tras el susto, los de Paco Jémez reaccionaron, aprovechando también la ‘pájara’ de una Deportiva que se desdibujó con el paso de los minutos. De hecho, solo el larguero y el habitual milagro de Amir permitieron que los blanquiazules mantuviesen su renta al descanso.

El guardameta sacó un remate de Villar a bocajarro y poco después fue espectador de lujo en un voleón de Villar que se iba a córner después de estrellarse en el travesaño primero y la espalda del iraní después.
El rapapolvo de Bolo en el descanso debió ser de órdago, porque tras el paso por vestuarios poco o nada se pareció la Deportiva al equipo que terminó la primera parte. Ayudó a la mejoría berciana la propia propuesta de Jémez y el empeño de asumir riesgos totalmente innecesarios al sacar el balón jugado desde atrás.

En una de esas pérdidas, Espiau tuvo la oportunidad de dejar el partido visto para sentencia, pero Germán estuvo muy rápido y se lanzó con todo para evitar un tanto que habría dibujado un panorama muy distinto.
Lo que pudo haber sido y no fue. Cuando mejor estaban los bercianos y más cerca parecía el segundo, llegó el empate de un Ibiza que apenas se había acercado a los dominios de Amir gracias a un testarazo cruzado de Appin ante el que nada pudo hacer el guardameta iraní.

El tanto fue un mazazo. Aún teniendo todavía un mundo por delante para darle la vuelta a la tortilla, la Ponferradina se bloqueó y por momentos pareció incapaz de hacer daño a un rival que tampoco tuvo que hacer maravillas para controlar el partido.

El paso de los minutos, lejos de agitar el choque, lo durmió todavía más. No era malo el empate para la Deportiva y tampoco lo pareció para el Ibiza, al que parecían valerle las tablas y respiró con el tanto anulado a Saverio con el que murió el choque.
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