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Ponferrada musical

19/01/2020
 Actualizado a 19/01/2020
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En la primera década del milenio la gran novedad de Ponferrada fue su desarrollo urbanístico: el nuevo puente del Centenario, diversas mejoras y parques, y la reforma del castillo y zona aledaña, que convirtió a la desdentada fortaleza en un lugar lleno de encanto y de misterio. Por algo lo visitan tanto los viajeros y turistas. Ponferrada la vieja se convirtió en Ponferrada la nueva, la que empezó a creer en su belleza, algo que parecía imposible décadas atrás. Una belleza profundamente arraigada en los siglos y en los peregrinos.

La segunda década del milenio probablemente ha sido la de la cultura. Y aunque también es cierto que este tiempo ha sido el del frenazo, cuando no retroceso demográfico, el de la crisis y la desaparición de las últimas señas de identidad de la Ponferrada energética del siglo XX, la cultura ha salido al rescate. No como un elemento decorativo, sino como un verdadero motor de vitalidad y hondura. Porque sin cultura, las ciudades no son tales: son burgos anodinos que apenas proponen una existencia vicaria y vulgar.

La capital del Bierzo hace ya mucho que empezó a trabajarse su nueva realidad. Poco a poco el Teatro Bérgidum fue, y sigue siendo, el corazón de esa lenta revolución imprescindible. Pero ahora todo ha sido redimensionado, para bien de los ponferradinos y de los visitantes. Ahora la ciudad del Sil y del Boeza tiene una oferta cultural que si en sus diversos ámbitos es muy meritoria, en el plano de la música alcanza un nivel que podríamos calificar, sin duda alguna, de admirable.

La vitalidad de la música en Ponferrada abarca innumerables iniciativas, públicas y privadas, con una variedad enorme, que va desde la música clásica, incluido el teatro lírico, hasta las tentativas más novedosas. La capital berciana está encontrando un sitio en el mapa nacional cultural de las ciudades pequeñas, algo muy difícil de lograr. Salvo que el entusiasmo, el talento y el compromiso funcionen a pleno rendimiento, como ya sucede.

Nadie duda que seguimos en tiempos de serias dificultades. Y que el Bierzo ha perdido casi el diez por ciento de su población en lo que va de siglo. Ese desastre, que tenemos que pensar que será revertido con el esfuerzo de todos, ya tiene un territorio donde mirarse, donde confiar, donde creer, donde ser y disfrutar: la bendita música, el arte más cercano al alma y al corazón de los seres humanos. La música, que quiere quedarse a vivir en Ponferrada. Que ya vive aquí: esta también es su casa.
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