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Pensar y decir

24/10/2021
 Actualizado a 24/10/2021
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Llega el ‘cambio’. Ahora, elnuevo socialismo de Sánchez se transmuta –cual ardid de mago mediocre y chistera apolillada–, en una socialdemocracia al estilo ‘felipista’. Eso es lo que destacó el anómalo presidente del Gobierno, en Valencia, durante el transcurso del cuadragésimo congreso del partido fundado por Pablo Iglesias (Posse) en 1879. Y es curioso, que el único invitado –interprétese con ironía el sustantivo– que dijo algo con mensaje crítico a lo largo de su intervención («pienso lo que digo y digo lo que pienso») fuera, precisamente, Felipe González, pese a que, al final, contemporizara, dando abrazos y palmaditas, con sus muchas veces criticado secretario general. Cosas de las convenciones almibaradas y buenistas.

De todas las maneras, el dulzor complaciente de la sacarina socialista se disfrutará hasta que Sánchez, en un arrebato ‘emocional’ –y que en él es algo consuetudinario–, pegue uno de esos bandazos a los que tiene acostumbrado al personal. Y todo se irá por la letrina. Al garete. ¿Acabará, entonces, rindiéndose otra vez a los partidos totalitarios y de pensamiento único, al chantaje, para aprobar los PGE y continuar en el machito? No se descarta. En absoluto. El blanqueo ya ha comenzado con Bildu. Y veremos con qué tonito se dirige a los catalanes separatistas y qué peajes acepta de esa gente. Los del PNV también acechan.

Volviendo sobre la frase del expresidente González, es muy fácil concluir, que el alcalde de León, el ‘perseguido’ José Antonio Diez, la haya asumido en toda su extensión. Que se sienta identificado con ella. Diez ya estaba –y continúa– en esa vía franca de explicar sus posturas, antes, incluso, de hacerse con el bastón de regidor mayor. Y no ha descarrilado. Persiste en mantener la máquina tractora sobre los raíles por los que transita, sin modificar la velocidad ni el compromiso de alcanzar la estación término.

Salvando las distancias (políticas) entre uno y otro, la ventaja de Felipe González, a sus casi 80 años y al margen de todo y de todos, es que puede decir lo que le dé la gana, sintener que dar explicaciones. Lo mismo que aseguraba el celebrado y recordado Victoriano Crémer, quien también solía explicar, muy serio, que, a su edad, hablaba y escribía lo que le parecía. Y era verdad. Mantuvo el tipo hasta su muerte.

Por eso, que José Antonio Diez, que es socialista por genes y convencimiento, eleve la voz y se rebele para denunciar que los Presupuestos Generales para 2022 marginan a León –los calificó de decepcionantes–, resume que, por mucho que se lo demanden desde la cúpula del partido que lidera Cendón, dice lo que piensa y piensa lo que dice. Con disgustos o sin ellos. Y eso que solo es cincuentón.
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