27/04/2024
 Actualizado a 27/04/2024
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Votar a un hombre bueno.

O a una mujer buena.

Esos que pasean por las plazas

con una flor en los labios

y un ruiseñor en los ojos.

Como si todos los seres y los objetos

(las musarañas,

las esporas,

los astrolabios)

mereciesen existir.

O votar a un niño,

¿por qué no?,

y que emborrone

la urna con semillas

de amapola

y la pose en el río para navegar.

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