05/02/2024
 Actualizado a 05/02/2024
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Aquel 18 de abril de 1188 ocurrió un hito histórico, sí, cuando las Cortes del Reino de León abrían el claustro de San Isidoro, bajo el cetro de Alfonso IX, y no estaban solo las autoridades eclesiásticas y la nobleza pues allí acudieron todos los estamentos sociales.

Además, tenemos historia y vestigios romanos por doquier, la lengua más antigua de las romances de la península, pero… no hace falta ser un docto sociólogo o reputado economista de Harvard para saber que en León, Zamora y Salamanca la disyuntiva es clara: autonomía política o muerte por despoblación.

Sabemos de un tiempo pasado que, sin duda, fue mejor y más brillante para nuestra querida tierra que el triste presente, pero es innegable que partidos políticos, patronal, sindicatos, ayuntamientos, Diputación y todos y cada uno de nosotros, ¡todos!, leonesas y leoneses, somos culpables de estar hoy así. De eso no tengo ninguna duda, aunque, como todo en la vida, los unos más que los otros…

Prestigiadores y sofistas dirán que la culpa es… ¡del chachachá!, pero la situación es insostenible, y no quiero ser catastrofista ni deleitaros con hipérboles incendiarias si digo que de seguir en esta línea la económica leonesa entrará en recesión y decadencia.

¡León agoniza de viejo!, donde tan solo sobrevivirán los funcionarios, el sector de servicios, como parque temático, zona de esquí y turismo rural para los capitalinos que están a menos de dos horas de AVE.

Lo cierto es que tenemos una buena gastronomía, monumentos y paisajes asgaya… y personas muy preparadas. ¿Nos quedará algo más que ser camareros y cocineros de vallisoletanos y madrileños? Profesiones muy dignas, claro, ¡sin ninguna duda!, pero… exigimos algo más, ya que en la temporalidad el turismo arrastra la peor de sus debilidades. No, no se trata de buscar culpables, pero sí encontrar soluciones, y sin excluir a nadie. Salud.

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