Mucho pacto, pero la sanidad ‘versus Goebbels’

Alberto del Pozo Robles
15/11/2023
 Actualizado a 15/11/2023

Yo ignoro (pues soy muy ignorante) las consecuencias que tendrá el tan traído ‘pacto’ entre el PSOE y los de Junts… pues el texto parece excesivamente alambicado para su comprensión por la mayoría de los mortales… aún a pesar de que algunos miles de personas se han pronunciado y manifestado abierta y ruidosamente contra él en diversas ciudades de España, lo que significa que la comprensión política media de esos miles de personas están muy por encima de la media del país… Pero volviendo al principio, yo ignoro las consecuencias directas de este pacto para los ciudadanos y ciudadanas de nuestra provincia… y en consecuencia, desconozco la repercusión que ese malnacido pacto supondrá para el bienestar de todas ellas y ellos, y lo que repercutirá en su salud, en su educación, en su salario y condiciones laborales, en el acceso a una vivienda, en el coste de vida, en la estabilidad de su empleo, en la garantía de acceder a una pensión de jubilación digna, en la esperanza de rodearse de un medioambiente mas amable con el entorno natural, etc,… pero lo que si parecen afirmar estos manifestantes es que ese pacto va a hipotecar y poner en solfa todos estos parámetros que comentábamos, y que en su conjunto supondrá el obstaculizar el disfrute de una existencia y convivencia favorable y tolerante, o lo que es lo mismo, no poder satisfacer sus necesidades más básicas y elementales como para poder afirmar que la vida que les está tocando vivir es satisfactoria y feliz. Y todo ello, por culpa de ese pacto. 

En cualquier caso, para algunos mortales e ignorantes como el que esto escribe, resulta muy llamativa la contundencia masiva, y en ocasiones violenta, con la que esos manifestantes (que al parecer sí entienden el susodicho pacto) expresan su oposición a ese infame acuerdo, y en consecuencia nos sorprende cómo hacen uso de una capacidad de reivindicación que no se les reconoce ni encuentra parangón en la defensa de otros asuntos como los de la sanidad pública, o de la enseñanza pública, o en la solución al problema de su vivienda, o respecto a las comisiones y condiciones bancarias y de las hipotecas que les toca sufrir… lo que nos conduce a deducir que obviamente estos últimos problemas son una insignificancia comparados con lo derivado del célebre pacto por el que, quizá, se rompa España, o por el que inexorablemente el país caerá en la más demoníaca de las dictaduras conocidas… 

Y es que en esta realidad líquida y cambiante que vivimos, en la que pesa más lo que se sugiere simbólica y machaconamente en algunos medios de comunicación, que lo que realmente deberíamos identificar como nuestra realidad tangible y cercana, parece que es más factible que muramos de diatribas territoriales y celos provincianos derivados de un siniestro pacto político, que de la peor de las epidemias de covid aún no conocida y todavía por llegar. 

Hace unos días leíamos que la Junta de Castilla y León había concedido unos premios de excelencia (Sacyl Excelente) a un centro de salud de la provincia y a un servicio hospitalario del hospital de referencia, éxitos éstos, sin duda, debidos al tesón y compromiso de los trabajadores y trabajadoras sanitarios que desempeñan su sorda labor en esos servicios, pero olvidando la Junta en su comunicado que el resto de centros de salud y servicios hospitalarios sobreviven sin los suficientes recursos en un escenario de precariedad y desesperanza difícilmente visualizable para una población cada día mas entregada a la mansedumbre del «es lo que hay», como si ‘lo que hay’ fuese un designio inevitable de los dioses y no de la mala y perversa gestión de los responsables políticos del sector sanitario que, nepóticamente, priorizan el beneficio material y económico de unas élites sobre el derecho a la salud de la población que deberían defender. 

Esas declaraciones de la administración regional, tan celosa y desairada con la aprobación de ese ‘nefasto’ pacto, que hasta su propio Vicepresidente encabeza manifestaciones y algarabías callejeras en una glamurosa versión ‘yuppie’ del ‘Kale borroka’, no son sino estrategias esencialmente propagandísticas y ya conocidas desde antiguo, pues no debemos olvidar la maestría con la que los fascismos del pasado siglo hicieron seguimiento de su principal mentor, Goebbels, cuya técnica sigue utilizándose en la actualidad bajo el paraguas de la complicidad de la prensa y medios a su servicio, clara e innegablemente a su servicio, pues tampoco conviene olvidar quiénes son sus propietarios y la servidumbre que al poder político estos medios le deben. 

Pues bien, como si pudiéramos resucitar, al menos dialécticamente, a nuestro querido José Agustín Goitisolo, este ‘mundo al revés’ lo reconocemos así porque mientras miles de personas se manifiestan iracundas contra un pacto cuyas consecuencias no son tan detectables y mucho menos tan declaradamente negativas para ‘el día a día’ de las personas, los aspectos mas terrenales y próximos como les son su derecho a la salud, su derecho a una vivienda o a una educación con recursos suficientes y a otros aspectos ya mencionados anteriormente, estos otros aspectos siguen estando huérfanos de seguidores, siendo menospreciados y desestimados por la ignorancia mansa de esa masa que mira para otro lado y caya, como “corderos en silencio”, pero que balan y vociferan contra esas otras decisiones lejanas, mientras sus verdaderos verdugos campan por su vecindario como zorros alertas para acabar a dentelladas con sus derechos fundamentales antaño conquistados. Así que sigamos igual, manifestándonos con contundencia, ruido, decisión y determinación contra ese pacto, mientras seguimos discutiendo si son galgos o son podencos…

Alberto del Pozo Robles pertenece a la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública en León
 

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