León, machacado pero hambriento

Raúl Barrientos Antón
11/12/2022
 Actualizado a 11/12/2022
Llegamos al punto en el que a los leoneses ni siquiera nos sorprenden las noticias negativas, aunque sean de tal calibre como que la Agencia Espacial Española (AEE) se ubicará en Sevilla, a pesar de todos los esfuerzos realizados por León. Sin embargo que no nos sorprendamos no significa que no reaccionemos y reclamemos un futuro justo para nuestra provincia, pero una vez más es la propia sociedad la que pone el grito en el cielo, puesto que los representantes leoneses de los partidos nacionales se dedican a culpar al contrario con unos absurdos argumentos o peor aún, evitan hacer declaraciones a pesar de tener el control del gobierno estatal.

Nadie, salvo los de siempre, exigen explicaciones y responsabilidades públicamente porque conocen de sobra que cuando su partido no es culpable de arrebatar una oportunidad de desarrollo a León es responsabilidad del otro. En esta ocasión, en contra de todo pronóstico, el BOE (martes 6 de diciembre de 2022, Núm. 292) aclara que la candidatura de León había recibido el apoyo de la administración autonómica, pero casualmente contaba con deficiencias técnicas como no describir el proceso de adaptación y la relación de gastos para el edificio en el que se ubicaría la sede de la AEE entre otros asuntos polémicos.

Dejando a un lado las responsabilidades políticas (aunque en realidad no tanto), podemos preguntarnos sobre la credibilidad del plan de descentralización de organismos del Estado para hacer frente a lo que denominan el reto demográfico. Es decir, se pretenden paliar las desigualdades territoriales, que dan lugar a ‘espacios perdedores’ y que se corresponden principalmente con las provincias de interior con la ubicación de la sede de la nueva AEE en una ciudad con casi 700.000 habitantes y que es capital de una provincia con casi dos millones de habitantes, lo cual, desde una perspectiva lógica y objetiva es totalmente discutible.

Se parte de una base ya trampeada en la que los criterios de elección no son muy coherentes con la realidad territorial de una España Vaciada y ABANDONADA, que en muchas ocasiones carece de unas vías de comunicación adecuadas, conexiones internacionales pero que tiene el mismo potencial o incluso más que las grandes ciudades, como se ha visto con la elección de los astronautas Pablo Álvarez y Sara Ramírez por la ESA y su formación en la ULE. En definitiva, el gobierno ha tratado de vender la creación de la AEE como una oportunidad para los territorios con una dinámica socioeconómica en declive mientras las propias bases auto-eliminaban a estas regiones.

Y es que no hay que apartar tanto a un lado la política, porque lo invade todo y podría ser que el gobierno quiera recuperar su histórica plaza sevillana, que en las últimas elecciones autonómicas se redujo a 5 escaños. Aun así, puede ser legítimo, ya que podría ser fruto de trabajo de los representantes sevillanos para lograr dicha sede, lo que indudablemente deja en evidencia a esos políticos leoneses que tantas medallas se ponen por no haber logrado nada, solamente palabras, promesas y de vez en cuando la pérdida de algún proyecto.

En definitiva, es imprescindible la reflexión de la sociedad leonesa para que en las próximas elecciones generales se lo piense dos veces antes de depositar su voto y conseguir de una vez por todas tener en el Congreso de los Diputados a personas que no se pliegan ante los intereses y directrices generales de su partido, que se encuentran muy alejados de las necesidades de la provincia.

Llegará la campaña electoral y estos partidos nacionales nos volverán a vender promesas vacías de contenido, y es ahí cuando el ciudadano tiene la oportunidad de responder con contundencia a los malos tratos recibidos durante la última legislatura, o en el caso de León desde tiempos ya inmemorables. Y cuando el congreso se llene de partidos regionalistas, acusarán a estos de egoístas sin preguntarse cómo se ha llegado a esa situación.

Es ahora cuando el leonesismo tiene dos grandes objetivos, por un lado, e inherente, conseguir la autonomía para poder autogestionar nuestros propios recursos y por otro, como ya se ha dicho, conseguir representación en el Congreso para que los intereses de la provincia sean defendidos con honestidad, bajo unos ideales y unos principios sólidos, coherentes y responsables con la causa y que no se pierdan enmarañados en la lucha de intereses partidistas que solamente buscan el rédito electoral sin importarles a quién dejan por el camino.

Y es que León, por enésima vez ha sido machacado con otro mazazo, pero aún tiene hambre, ganas de conseguir el desarrollo que anhela desde hace décadas y es que para eso somos cazurros, y orgullosos, porque somos muy cabezones y tozudos, en el mejor de los sentidos, lo que hará que nos levantemos otra vez y nos pongamos de nuevo a buscar nuevos proyectos que se exigirán con más fuerza gracias al avance del leonesismo, que afortunadamente cada vez es más palpable en las calles y en los jóvenes, que son los que han de batallar por el futuro.

Raúl Barrientos Antón es presidente de UPL Juventudes Leonesistas

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