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Sumar, restar y otras operaciones

24/04/2021
 Actualizado a 24/04/2021
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La Real Academia de la Lengua Española en su DLE 23.4 ha sumado un total de 2.557 voces entre las que se encuentran algunas especialmente aplicables al discurso de Irene Montero y a las reacciones que ha desencadenado.

Digamos que es ‘Berlanguiano’ el que la Señora Montero utilice palabras que aún no tienen suficiente respaldo en la realidad o en el uso común como para ser tenidas en cuenta por la Real Academia, pero más sorprendente es el ‘troleo’ al que están siendo sometidos los colectivos LGTBI y la propia Ley de Igualdad, a tenor de este asunto léxico.

A lo largo de su discurso, Montero utilizó palabras como ‘niñe’, ‘hije’, ‘todes’, ‘escuchades’. Verdaderamente suena distópico, pero aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para decir que se están tratando de dominar las conciencias y las almas por medio de nuevos conceptos me parece de ciencia ficción derivada (sin querer) en comedia.

Lo más curioso es que estos ataques vienen de personas que sostienen una teoría holista del vínculo entre individuo y sociedad, es decir, que comprenden que la identidad se haya tan fuertemente sellada por la herencia racial, cultural y social que no tiene sentido que una persona pueda ser un individuo en absoluto, y el intento de realizarlo puede producir engendros. Y digo que es curioso porque parece que para estos ‘teóricos’ cada uno nace ocupando una posición en la vida y tiene que cumplir con los deberes inherentes a esa posición. Sin embargo, estos mismos individuos son tremendamente individualistas en lo que a políticas económicas se refiere y se les llena la boca con la libertad, obviamente con la suya, no con la del prójimo. A ver si se ponen de acuerdo (consigo mismos) porque tremendas cacofonías permanentes desde medios de primera línea son infumables.

Por otra parte, olvidan los que se ponen como hidras contra todo lo que suponga un cambio, que en la Ley de Igualdad se establece que cada uno escoge su género. Con esto quiero decir, que ya hay respaldo legal.

No es loable tratar de inculcar el miedo, la percepción de que un colectivo que lo único a lo que aspira es a que se cumpla el ideal democrático de equidad e igualdad, suponga una amenaza para la conservación de la especie. Esta operación es exactamente la misma que fue utilizada para que los estamentos sociales fuesen inamovibles en la época feudal, la misma que intentó frenar el voto femenino o la abolición de la esclavitud. Es increíble que el miedo cale tan hondo como para causar ceguera.

La violencia y el odio hacia los colectivos LGTB lastra nuestras sociedades desde tiempos inmemoriales, al igual que las generalizaciones absurdas y los estereotipos sobre estos colectivos.

Es crucial que nos demos cuenta de la incoherencia y de la inutilidad de un odio que nos perjudica a todos en conjunto. Para empezar, porque la historia avanza e igual que no se han podido frenar otros cambios, tampoco se podrá frenar la inclusión de colectivos hasta ahora penalizados y violentados. Para continuar, porque nadie está prohibiendo la utilización de vocablos que reflejen el orden establecido, ni la familia ni las tradiciones, lo que se está intentando es sumar. Creo que a estas alturas todos entendemos la diferencia entre sumar y restar. Esto son matemáticas, una ciencia poética y exacta, le pese a quien le pese.
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