El mismo día que se conoció que el salario mínimo –el que percibirá cualquier papanatas sin estudios que acaba de llegar a la empresa y sin responsabilidad alguna– subirá este año hasta los 1.134 euros me encuentro con un amigo que hace un par de meses estaba al cincuenta por ciento de dudas sobre si lanzarse o no a ampliar el negocio. Hablamos mucho y me contó su proyecto pormenorizadamente y es algo bonito pero también una aventura de riesgo sobre todo cuando temes que de una manera o de otra te vayan a saquear, cuando no puedes confiar en el personal y cuando sabes que no sabes lo que puede pasar.
Porque hoy en esta España nuestra, por desgracia, se castiga al que emprende y al que trabaja para premiar al holgazán, al vago que toda su vida será un vago mientras lo estén manteniendo con ayudas y paguitas que salen del bolsillo del que trabaja a diario y del que arriesga porque eso es «gobernar para el pueblo».
Le pregunto por cómo va el tema de su nuevo negocio y me cuenta detalles, más o menos ilusionado con tirar para adelante. Le corto el rollo dos o tres veces con un par de inyecciones de realidad y llegamos al tema de personal. Le saco a relucir lo de las ‘autobajas’ pero le tranquilizo matizando que de momento eso ha quedado sobre el cajón. Pero al hablar del tema de los costes salariales, el incremento previsto para este año y demás, la cuestión es clara: «en vez de diez que pensaba contratar, con siete personas me tengo que apañar. Y en [el nombre de una de sus empresas] ya eché a dos, y en [otro negocio, que lo lleva su mujer] a final de mes se van para su casa otros cuatro».
Lo que no se cuenta es que si el salario del que hace una barra de pan sube, al mismo tiempo que se incrementa el del que fabrica la harina y la levadura o la bolsa donde va empaquetado, sube la nómina del que transporta los productos y la de quien los vende en el supermercado, al final tiene que subir forzosamente el precio de la barra de pan.
A mí me parece sencillo de entender y supongo que a usted también, pero por desgracia no todo el mundo lo comprende y por esto eso entre otras cosas hemos llegado hasta aquí, donde emprender es cada día un riesgo mayor.