Claridad lívida en el Oeste,
a la que me rindo
cuando no hemos cruzado
el corazón del invierno.
Retiro las figuras hieráticas
de la noche y el belén.
Aún nos quedan,
como náufragos y desechos,
los polvorones de la soledad.
Y la lujuria triste del espumillón.
Y un déjà vu de políticos,
musarañas
y, en la selva carioca,
olores inmundos
a golpes de Estado.
Restos de la navidad
14/01/2023
Actualizado a
14/01/2023
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